Francisco José Requejo es el nuevo presidente de la Diputación. El pacto sellado el jueves se trasladó sin sorpresas a la votación plenaria y, por primera vez desde 1983, la provincia tiene un presidente ajeno al PP. Ahora bien, el líder de Ciudadanos asume el cargo gracias al apoyo de los doce representantes populares, que aceptaron otorgarle el puesto principal a su socio de gobierno a cambio del control del resto de las áreas. El bastón es para Requejo, pero la formación dirigida por José María Barrios conservará el mando en la gestión.

Consciente de su evidente inferioridad numérica en el pacto y de la sensación de continuismo que puede generar el acuerdo suscrito con el Partido Popular, el líder de Ciudadanos se afanó, durante su intervención, en desmarcarse de la línea impuesta por sus nuevos socios en las más de tres décadas de gobierno que han ejercido en solitario. Requejo dio un discurso de apenas siete minutos y pronunció en una decena de ocasiones la palabra "cambio". Incidió en ello a apenas unos metros de la bancada del PP, que escuchó de boca del nuevo presidente la necesidad de "modificar las políticas" y emprender "reformas".

Antes, el Pleno había discurrido en un clima de calma tensa. Tras la protocolaria toma de posesión de los concejales y la constitución de la nueva Diputación, llegó la hora de presentar candidaturas y votar. El PSOE propuso al sanabrés Manuel Santiago y el popular Jesús María Prada hizo lo propio con Francisco José Requejo. El propio representante naranja desniveló la balanza al votarse a sí mismo y se impuso por una papeleta al concejal de Puebla, que fue el primero en felicitar al nuevo presidente de la institución.

Requejo juró el cargo a la tercera, tras equivocarse en dos ocasiones y repetir la fórmula prevista para los diputados rasos, y se situó ante el atril como el primer miembro de Ciudadanos que logra convertirse en presidente de una Diputación Provincial: "Asumo el cargo con humildad, absoluto respeto y responsabilidad", señaló el líder de la formación naranja, que también mencionó, en la primera frase, "la visión de cambio" con la que aterriza en la Encarnación.

De hecho, el nuevo presidente aseguró que ese cambio "ya ha empezado" y lo repitió en varias ocasiones, para tratar de convencer a quienes piensan que la entrada del Partido Popular en el pacto dificulta cualquier movimiento: "Lo veremos en muy poco tiempo", advirtió Requejo, que recalcó que el cambio "será real" y que reconoció que, tras sus promesas, contrajo una "deuda con los habitantes de la provincia".

El responsable naranja, que se convirtió en el octavo presidente de la Diputación durante el periodo democrático, abogó por reflotar un territorio "con futuro, con muchas posibilidades", pero también con "problemas casi endémicos que se deben revertir". "Nuestros vecinos merecen que unamos esfuerzos, que miremos más allá de las siglas y que trabajemos por el futuro", abundó Francisco José Requejo, en su primera mano tendida a los grupos de la oposición.

El líder liberal también quiso reclamar una mejora en la "transparencia". Mensaje para sus doce compañeros de gobierno: "La Diputación tiene que ser una institución transparente, eficiente y en la que prime la igualdad", advirtió el nuevo presidente provincial.

Requejo pretende llevar esa transparencia al control del gasto en la institución: "Anunciamos desde ya que seremos muy rigurosos con el dinero de todos. Habrá un seguimiento constante y guiaremos nuestras actuaciones dentro de los criterios de objetividad, resultados, beneficio público y libre concurrencia", señaló el presidente provincial, que puso también sobre la mesa la relevancia de "simplificar los trámites y la burocracia administrativa".

En este punto, el nuevo presidente entró en un terreno en el que se siente especialmente cómodo. "También, hacia la generación de riqueza, hay que ofrecer facilidades y poner alfombra roja a quienes quieren crear empleo", reflexionó Requejo, que insiste en cada una de sus intervenciones públicas en el valor del emprendimiento: "Trabajaremos para que los autónomos puedan establecerse en esta tierra, puedan progresar y creen trabajo", apostilló el líder de Ciudadanos.

Dentro de este apartado, Requejo dejó un guiño a Zamora 10. El presidente expresó su compromiso con esta iniciativa, citó a sus responsables, presentes en la Encarnación, y dejó patente el apoyo que pretende brindarles a partir de ahora: "Queremos que tenga el impulso necesario para llevar a cabo sus objetivos y colaborar con el desarrollo de nuestra provincia", añadió el responsable de la formación naranja.

Más allá de esta declaración de intenciones, Requejo adquirió ciertos compromisos poco específicos para que la Diputación fomente la natalidad, ayude a las familias, colabore con otras administraciones para que los pueblos tengan asegurados los servicios básicos o dedique una atención especial a la mejora de las carreteras. El nuevo presidente también apostó por dotar de un mejor acceso a Internet a los habitantes de las comarcas y por evitar los fallos en la emisión de la Televisión Digital Terrestre.

Además, con el alcalde de Zamora, Francisco Guarido, presente en la sala, Francisco José Requejo pidió colaboración institucional para "promover acciones conjuntas con el Patronato de Turismo y en otras materias". Durante los últimos cuatro años, los que lleva el responsable naranja en política, su relación con el alcalde de la ciudad ha sido correcta, tendente incluso al entendimiento. El nuevo escenario pone a prueba esa situación, con los dos políticos como mandatarios de las instituciones más importantes a nivel local y provincial.

Fuera de la relación con los demás partidos, y de cara a lo que afecta exclusivamente a cada habitante de la provincia, Requejo dejó claro que su intención es "poner al ciudadano en el foco de la política". Para ello, el nuevo presidente hizo énfasis en la necesidad de "abogar por la transparencia, la libertad y la regeneración como pilares necesarios, y también por la igualdad". "Los representantes de los pueblos tienen que ser atendidos sin mirar siglas, solo los proyectos beneficiosos para los vecinos", explicó el responsable naranja.

Desde esa idea de situar a todos los municipios en el mismo nivel, dejando aparte las filias y fobias partidistas, Requejo se definió como persona de diálogo y aseguró que el equipo de gobierno encabezado por él y compuesto por miembros del Partido Popular "no aplicará el rodillo y buscará el consenso cuando se pueda". Tendrá que hacerlo con el PSOE y con Izquierda Unida, las dos formaciones que trataron de convencer a Ciudadanos para configurar un pacto alternativo al Partido Popular y que se quedaron compuestos y sin acuerdo a última hora. El nuevo presidente tiene trabajo por delante si quiere limar asperezas con las fuerzas progresistas.

Por el momento, sus lealtades están ahora al otro lado, junto a un PP con el que Requejo quiere "llevar a cabo una presidencia de integración". No le queda otra. Todas las decisiones tendrán que ser consensuadas y, aunque el cargo principal esté en manos de la formación naranja, las áreas de gobierno dependientes estarán dirigidas por diputados populares: "Somos dos grupos políticos que tienden puentes en pos del beneficio común", afirmó el dirigente de Ciudadanos, que tendrá como mano derecha a la persona a la que, una semana antes, acusaba de injerencias en su partido, José María Barrios.

Requejo concluyó su discurso con referencias a su familia, incluido su padre y exdirigente del partido: "Me enseñó a no rendirme nunca", indicó el nuevo presidente provincial, que también citó al final a David Castaño, uno de los responsables regionales de Ciudadanos. Para terminar, y antes de dar por cerrada la ceremonia, el responsable de Ciudadanos citó a Kennedy: "Si una sociedad libre no puede ayudar a sus muchos pobres, tampoco podrá salvar a sus pocos ricos". Queda abierto el mandato en la Diputación.