Un largo camino desde que sintió que su vida debía de tomar otro rumbo, desde que respondió afirmativamente a la llamada de Dios, es el que ha recorrido el joven Millán Núñez Ossorio, quien mañana sábado, día de San Pedro, se ordenará sacerdote en la Catedral de Zamora a las 11.30 horas.

Este benaventano procede de una familia que vive "la fe con normalidad" y tras bautizarle y hacer la comunión "me animaron a participar en la catequesis de confirmación, aunque yo no estaba muy convencido" atestigua. No obstante, esta formación le ayudó a "a acercarme a la fe y a vivirla con más profundidad".

El joven, a quien apasiona la naturaleza, especialmente la montaña, y la lectura cuando tuvo que elegir carrera se decantó por cursar el grado de Historia de Salamanca. El verano de su primer año universitario coincidió con la celebración de la Jornada Mundial de la Juventud en Madrid, que contó con los prolegómenos de los días de acogida en la diócesis. "El conocer a más jóvenes que creían y vivían esa fe me movió a preguntarme sobre qué quiere Dios de mí" comparte este hombre que el pasado septiembre se ordenó diácono en la parroquia del Carmen de Benavente. "Sentía que en mi vida faltaba algo y me atreví a responder a esa llamada" certifica Millán Núñez.

En esos momentos de incertidumbre el joven contó con el respaldo de varios sacerdotes, entre ellos César Salvador, el responsable de su parroquia San Juan del Mercado de Benavente, o de Santiago Cañizares, el último presbítero que se ha ordenado en la diócesis de Zamora, y que entonces estaba ayudando, así como Florentino Pérez, por entonces rector del Seminario, así como de un amigo de la Facultad de Historia, Juan Diego Molina, que fue la persona a quien primero comunicó la decisión de dedicar su vida a Dios a través del sacerdocio.

"Para mí dar ese paso no resultó fácil. Tenía mis miedos, ya que suponía dejar mi vida hasta el momento, dejar la carrera que había elegido... y podía que la opción del sacerdocio no fuera la que yo realmente quería", testimonia a la par que agradece el respaldo de sus padres, a quienes inicialmente "les costó el cambio", pues pensaban que su primogénito iba a acabar Historia, trabajar, formar una familia "de algún modo modifiqué sus planes completamente".

Millán Núñez ha cursado cinco años de Teología a lo que se han sumado un postgrado, siete años donde el joven ha estado en el Seminario Mayor ubicado en el Teologado de Ávila en Salamanca, donde ha convivido con seminaristas de varias diócesis. "Ha sido una etapa muy bonita porque vives con compañeros que tienen tu misma vocación y que son una ayuda en el camino", explica. En este período reconoce que "ha habido dificultades". "Tienes que ir pasito a pasito discerniendo y reflexionando sobre lo que Dios quiere de ti y a veces es costoso". "La entrega tiene una parte de renuncia porque renunciamos a formar una familia, pero no es menos renuncia que un matrimonio donde eliges a una persona", esgrime.

Su formación ha coincidido con el conocimiento público de numerosos casos de pederastia en la Iglesia española. "Lo sientes más cercano y lo vives con dolor porque es una situación complicada, pues al final miembros de la Iglesia están sufriendo y esa herida se le han producido integrantes de la propia Iglesia", aporta.

El diácono, que todavía no sabe que destino tendrá como sacerdote aunque en el último curso ha colaborado en parroquias de varios municipios de Tierra del Vino, reconoce que a veces ha sentido que nada contracorriente en una sociedad cada vez más laica. "A veces sientes que vas a otro ritmo, pero no eres ajeno porque la fe y el Evangelio los tenemos que vivir con la gente".