La Virgen de la Concha cumplió ayer con las vísperas del Corpus protagonizando una procesión desde San Antolín a la Catedral por la calle del Riego, Arco de Doña Urraca hasta la Plaza de Viriato, donde se incorporaron Tarasca y Gigantes y Cabezudos. Tras la estación en el Convento del Tránsito, la procesión se dirigió a la Catedral, donde fue recibida por la cofradía del Corpus Christi, antes de participar en el oficio de vísperas. La Virgen regresó hasta San Vicente, donde se veló hasta las 12 de la noche.

Hoy, a las 10.00 horas se celebra la misa pontifical, con posterior procesión sacramental, este año con la novedad de la escolta de la Guardia Civil al Carro Triunfante que lleva la Custodia. Abren la marcha los Gigantes y Cabezudos de Tradimupo (Tradición y Música Popular), con la Tarasca de La Morana, la imagen de Santa Marta matando al dragón que estrena un cíngulo de oro entrefino (Cordonería Alba de Sevilla) y un pañuelo de blonda bordado donado por Carmen Miguel Merino, arropada por los mozos de concejo. La procesión la abre la cruz alzada de ciriales, a la que siguen los niños de primera comunión, después sus padres y a continuación asociaciones civiles, seglares, cofradías y el cortejo del Santísimo Sacramento, la Custodia en su carro triunfante escoltada por la Guardia Civil. El obispo bendecirá a los recién nacidos en el Tránsito y tras pasar ante la Santa Cena en el altar de la Vera Cruz y la Junta Pro Semana Santa llegará a la plaza donde el obispo bendice el Santísimo Sacramento junto a la Torre de San Juan, con la Virgen de La Concha en el altar de la Plaza Mayor.