Un relieve nuevo en el balcón central del primer piso, la restauración de algunos elementos de la misma terraza o la reintegración volumétrica de unos pináculos situados en la parte superior conforman la amplia actuación llevada a cabo por el escultor zamorano José Ángel Domínguez Ramos en un edificio modernista situado en el Paseo de Gracia de Barcelona.

El joven, que cursó en la Escuela de Arte y Superior de Diseño de Zamora el grado superior de Artes Plásticas y Diseño en Técnicas Escultóricas para posteriormente comenzar la carrera de Bellas Artes en Salamanca y trabajar en el estudio del escultor Fernando Mayoral de quien "aprendió muchísimo más que estudiando", recibió el encargo tras comenzar a trabajar con empresas relacionadas con la restauración del modernismo al recalar en la Ciudad Condal "en busca de muchas más oportunidades laborales".

El artista, que en la Semana Santa zamorana ha intervenido en el aligeramiento del Huerto de los Olivos y que ha asesorado artísticamente a la Cofradía de Jesús Nazareno, comenzó de cero en su labor en el relieve para la parte central del balcón del inmueble. "El arquitecto diseñó originalmente el balcón con un relieve central y unos balaustres que nunca se llegaron a realizar y que ahora los propietarios querían efectuarlos", explica José Ángel Domínguez Ramos que lo tuvo claro desde el principio: tenía que optar por una decoración "acorde con la estructura existente". Así el zamorano confeccionó una propuesta que "no desentona con el resto del edifico al verse el conjunto". Se decantó por ornamento a base de unas volutas, unas hojas de acanto y un león porque "en la parte superior existente varios" describe.

Tras efectuar el boceto primero a mano alzada y posteriormente modelarlo en barro y contar con el visto bueno de los propietarios del inmueble llegó la hora de hacer un molde para materializar el relieve central, de tres metros de largo por un metro de alto de longitud " en piedra artificial lo más similar a la piedra natural". En esta parte de su intervención el escultor remarca la dificultad de "conseguir que la solución fuera ligera porque era un factor a tener muy presente al tratarse de un balcón que tiene casi un siglo de existencia", pormenorizar este joven que para esta misma terraza ha reproducido las ménsulas originales en fibra de vidrio, material mucho más ligero que la piedra.

A mayores, en la parte superior del edifico Domínguez Ramos ha intervenido sobre los pináculos. "Los originales estaban totalmente erosionados y los actuales están hechos en piedra artificial en relieve", comenta el profesional que también en la misma zona, dentro de un óvalo ya existente, ha pintado por petición de la familia propietaria "un san Rafael con silicatos que resisten bien el paso del tiempo".

Para el artista zamorano este encargo, en el que fue decisivo que la firma contratante conociera su porfolio, "ha sido muy importante porque no es fácil abrirse camino en una ciudad como Barcelona y que gracias a tus trabajos te encarguen una obra así en la calle más importante del Modernismo donde casi ya no se interviene.... es infrecuente". El escultor tiene claro: "Puede que no sea la obra donde más dinero ganes, pero son actuaciones que compensan porque son excelentes escaparates".