La polifacética zamorana Natalia Carbajosa acaba de publicar un nuevo poemario.

-Su anterior publicación era un cuento y ahora regresa con su vertiente poética.

-Yo soy una mujer inquieta por lo que el libro infantil responde a mi variedad de inquietudes y proyectos en los que estoy siempre metida, pero en todo lo que haga siempre detrás está la poesía. El contenido de este poemario está escrito antes de "Perico pico" aunque ése vio la luz antes. Llevaba años dándole vueltas al concepto de lugar e incluso al concepto de no lugar. Hoy en día todo parece un centro temático, todo parece un centro comercial lo que para mí son no lugares porque no hay factor humano, es algo erigido de manera totalmente artificial y para un uso muy concreto.

-El poemario "Lugar" es ...

-Está escrito y terminado desde hace, por lo menos, tres años y he tardado en que vea la luz porque se trata de un estilo nuevo hasta para mí. Siempre he coqueteado con la experimentación y, sobre todo, como he traducido a bastantes autoras de la corriente experimental, de esa práctica comienzas a hacer tú misma tus pinitos. Utilizo un lenguaje nuevo para mí. Muchos de estos poemas se escribieron muy rápido, casi unos detrás de otros, en una etapa de fervor creativo que a una misma le sorprende.

-¿Cómo es estilísticamente?

-Son poemas breves donde me doy cuenta de que, aunque hable de cosas cotidianas como un paseo o un momento que recuerdas o bien de una persona... en el fondo estoy hablando de la poesía como una manera de articular el mundo, de explicarnos a nosotros mismos lo que es, pero a través del lenguaje poético.

-¿Por qué ha optado por ese título?

-Porque cada vez más siento que estar dentro de la poesía es como estar dentro de una casa o de un lugar. Nuestra relación con las palabras, lo que forman es un "topos" en el sentido clásico del término, es un espacio físico que habitamos en el que nos sentimientos, sino no resguardados al menos reconocidos, y fuera de él todo es intemperie. El poemario comienza con una cita de María Zambrano donde hay una concepción metafísica del lugar. A mayores en este poemario hay un poema titulado "Lugar" donde hablo del mundo exterior, del yo social con el que te relacionas con los otros, y del mundo interior, de donde salen las palabras de la poesía y de cómo uno está con un pie en cada mundo y de hecho empleo la metáfora de una puerta de vaivén.

-También en los últimos meses ha visto la luz una nueva traducción suya. "Si llegamos a eso" de una autora norteamericana.

-A Dorothea Tanning no la había traducido hasta el momento, aunque en la editorial para la que lo he hecho sí existe otro volumen hecho por otra traductora. Desde Vaso Roto Ediciones me propusieron traducir a esta autora, una mujer a la que no conocía por lo que antes de comenzar en la tarea me familiaricé con su mundo, me leí sus memorias y coincidió con que el Museo Reina Sofía trajo una exposición de sus obras. Ella era una pintora surrealista perteneciente al círculo de Max Ernst, con quien estuvo casada. A los 95 años comenzó a escribir poesía y como vivió hasta con 101 años tuvo tiempo de escribir bastante.

-En este poemario ¿qué se puede descubrir?

-Es curioso porque su poesía es muy luminosa, con una parte más seria y divertida, que dice mucho de su imaginación expresada con otro medio creativo. Primero lo hizo con la pintura o la escultura y al final de sus días lo hizo con la palabra, a través de la poesía. Sorprende su imaginación desbordante. En algunas ocasiones parece que el contexto es normal o cotidiano y, de repente, hay un elemento inesperado que sorprende o a veces es oscuro y hasta gótico, un elemento que también está presente en algunas de sus pinturas. Sin duda es una lectura sorprendente.

-¿Tiene en cartera alguna traducción más?

-Ahora mismo no tengo nada en marcha, pero estoy abierta a lo que me propongan porque la traducción de poesía ha llegado a ser una práctica fundamental en sí misma y para mi propia poesía.