La zamorana Elisa Ramos Sevillano trabaja en Londres en el diseño de una nueva vacuna contra el neumococo, el agente causante de enfermedades potencialmente graves. Precisamente la investigadora ha sido la protagonista de la sección "Microbiólogos-infectólogos por el mundo" del Boletín de la Sociedad Española de Microbiología Clínica y Enfermedades Infecciosas, en un reportaje donde relata su actividad académica y cómo poco a poco se apasionó por la investigación.

Elisa Ramos es una zamorana de la capital que estudió en su tierra hasta que llegada la edad de cursar estudios universitarios, se trasladó, como otros tantos jóvenes, a Salamanca. En su caso se decantó por la biología, "con especialidad en biología fundamental y biotecnología. Por esos tiempos comencé a interesarme por el mundo de la microbiología. Recuerdo como me apasionó durante mi segundo año de carrera", relata en la mencionada revista.

Y fue esa "fascinación" lo que llevó a la zamorana "a Madrid para comenzar mi doctorado, centrado por supuesto en el área de la Microbiología y las Enfermedades Infecciosas bajo la dirección de Ernesto García y José Yuste en el Centro de Investigaciones Biológicas (CIB)". Por aquel entonces "José Yuste se acababa de incorporar al CSIC (Centro Superior de Investigaciones Científicas) tras su postdoctorado en UCL y me transmitió como nadie su entusiasmo por las enfermedades infecciosas. Por su parte Ernesto fue un mentor extraordinario y la voz de la experiencia".

En el Centro de Investigaciones Sociológicas "pasé cinco de los mejores años de mi vida, fueron tiempos de aprendizaje y de buenas compañías". Y también de hallazgos. "En mi tesis caracterizamos tres proteínas de unión a colina de Streptococcus pneumonaie, cuyo papel en virulencia era desconocido hasta ese momento. Además, descubrimos la función del receptor de neutrófilos PSGL-1 en la fagocitosis del neumococo". Descubrimientos que a la gente de a pie puede no decirle mucho, pero que científicamente tienen importancia.

Durante este tiempo "estuve en estrecho contacto con Lorenzo Aguilar en la facultad de Medicina de la Universidad Complutense, y junto a él y su equipo llevamos a cabo una bonita colaboración centrada en la combinación de anticuerpos y antibióticos como tratamiento efectivo durante la enfermedad neumocócica".

Fue en ese momento en el que la zamorana tuvo ocasión de desplazarse hasta los Estados Unidos, el país considerado como punta de lanza en prácticamente todos los campos de la ciencia. Concretamente, Elisa tuvo ocasión de trabajar en "la mismísima Universidad de Harvard. Aquello fue como un sueño para mí y la experiencia no hizo más que despertar mis ganas por conocer y salir un poco del nido". El trabajo en el extranjero no siempre es solo una alternativa, sino que en muchos casos para los investigadores españoles es una necesidad si es que quieren proseguir sus prometedoras carreras investigadoras. Es también el camino que inició la zamorana, que se puso en contacto con equipos de investigación que estaban trabajando en el Reino Unido para poder seguir trabajando en lo que se ha convertido su pasión, primero en la ciudad de Oxford y posteriormente en Londres.