El vertedero de Zamora está llegando al final de su vida útil. Son 40.000 metros cuadrados repletos de la basura que no ha podido reciclarse en el centro de tratamiento de residuos desde que se puso en marcha en septiembre de 2001. Han sido más de tres lustros que han conseguido llenar de basura la inmensa vaguada donde se sitúa el centro de residuos, en el término municipal de Zamora capital y relativamente cerca de Carrascal pero lejos del casco urbano central de la capital.

El Consorcio de Tratamiento de Residuos de Zamora ha sacado ya a contratación el proyecto de sellado del vertedero, que tendrá un coste muy importante, 2,5 millones de euros, ya que no basta con dejar de arrojar basura, sino que son necesarias actuaciones que van desde la impermeabilización para evitar que el agua de lluvia vaya generando nuevos líquidos lixiviados, muy contaminantes, hasta la construcción de taludes para estabilizar la gran montaña de residuos, la cubierta con una capa de tierra vegetal que permita la restauración de la zona y una red de tuberías que recoja el gas que genera la putrefacción de la basura, que se sale por unas chimeneas y se quema en una antorcha.

Uno de los objetivos del proyecto de sellado es evitar las escorrentías provocadas por las precipitaciones de lluvia que caigan sobre el vertedero y se contaminen con los residuos depositados. Se consigue así que el agua de lluvia se pueda tratar como agua limpia o escasamente contaminada, y no como lixiviados. Estas escorrentías se canaliza con una red de cunetas que confluyen en el punto de vertido previo al Regato de las Gavias. "No se prevé ningún tipo de vertido al cauce en ningún punto adicional, ni tampoco se prevé ningún otro tipo de vertido con ninguna carga contaminante significativa", señala el proyecto del Consorcio de Tratamiento de Residuos Sólidos Urbanos, actualmente en exposición pública. El Centro de Tratamiento de Residuos que depende de este consorcio, cuenta con una planta de recepción y reciclaje de toda la basura que se genera en la provincia, que en cada zona recopila una planta de transferencia antes de ser transportada en camiones hasta la capital.

En este centro se recuperan los materiales reciclables y existe también la posibilidad de compostaje de la materia orgánica, para que pueda ser utilizada como abono. A pesar de todo este material que se recupera, sin embargo, son muchas las toneladas anuales de basura que se depositan en lo que se llama vaso de rechazos, similar al vertedero de toda la vida.

Aunque la zona destinada a este fin era muy amplia, se ha acabado colmatando e incluso superando su capacidad máxima y para dentro de un año se estima que no quepa más basura.El Consorcio había previsto esta situación y hace años empezó a habilitar una zona de ampliación

, aneja al vertedero actual, que ha pasado ya por todos los trámites ambientales y constructivos y está desde hace tres años lista para entrar en funcionamiento cuando se necesite, que será entre este año y 2020.