La llave de la Diputación Provincial vuelve a estar en manos del centro. Ciudadanos será el encargado de decidir quién gobierna la institución después de 28 años de mayorías absolutas del Partido Popular que, entre 1991 y el 2019, siempre ha tenido entre trece y quince representantes en el Pleno. Eso cambiará a partir de junio gracias también al "efecto Guarido", que provoca que IU le arrebate un asiento a la formación dirigida por José María Barrios.

El último precedente de una institución provincial sin mayoría absoluta del PP hay que buscarlo en el mandato 1987-1991, cuatro años marcados por una sesión de investidura histórica. En aquel Pleno que inauguraba el mandato, el PSOE, que tenía diez representantes, y el CDS, que contaba con tres, aspiraban a formalizar un gobierno de coalición presidido por el socialista Manuel Riesco.

Sin embargo, tras el recuento, Alianza Popular, que tenía doce diputados, recibió trece apoyos para convertir en presidente a su candidato, Luis Cid. La votación provocó un lógico revuelo en la política zamorana, y pasó a la historia como el Caso Antorrena por la presunta implicación de José Luis Antorrena, uno de los diputados socialistas, que fue señalado como el principal sospechoso de cambiar su voto para facilitar la victoria de la derecha.

De vuelta al 2019, Ciudadanos se sitúa donde hace 32 años estaba el CDS. Con dos representantes menos, pero con el mismo poder, el de decidir quién gobierna la Diputación, siempre y cuando nadie rompa esta vez la disciplina de partido.