¿Qué pasa en Zamora? ¿Por qué Izquierda Unida ha conseguido incrementar en más de 6.500 personas su granero de votos? ¿Qué hay de especial para que esta ciudad sea la única de todo el país que rompa la tónica general de resultados en las elecciones municipales? Media España mira desde el pasado domingo hacia la periferia de la periferia para buscar razones. Para saber qué es el "efecto Guarido", término acuñado en la misma noche electoral por el presidente del Partido Popular de Zamora, José María Barrios. La respuesta no es sencilla y para encontrarla hay que tener en cuenta diferentes factores. Pero uno de ellos, quizás el más importante, lo da el sociólogo y politólogo zamorano Manuel Mostaza: "Se trata de la institucionalización de la persona".

Francisco Guarido afrontará desde el próximo 15 de junio su sexto mandato en el Ayuntamiento de Zamora. Ese día tomará posesión del cargo de alcalde por segunda vez y lo hará con mayoría absoluta para gobernar sin pactos. Será su año veinte en la administración local. Algo que, sin duda, pesa para entender este fenómeno. Así lo explica Manuel Mostaza, quien está convencido de que todo tiene que ver con la percepción que los zamoranos tienen del regidor. "Claramente, existe un 'efecto Guarido' que ha conseguido arrastrar voto del Partido Socialista, de Ciudadanos e incluso del Partido Popular si atendemos a los resultados de todos ellos en las autonómicas y europeas", ha defendido.

El "efecto Guarido" del que hablaba José María Barrios se ha convertido en tema de debate en la ciudad e incluso en las tertulias mediáticas que desde Madrid analizan lo ocurrido en la capital, mientras que los expertos tratan de dar con las claves para entender, sin frivolidades, esta mayoría absoluta de Izquierda Unida en un feudo tradicional del Partido Popular. "Hablamos de la institucionalización de la persona de Francisco Guarido, un alcalde que ha mostrado cierta independencia y que ha sabido trascender a las siglas de su partido para convencer a los zamoranos de que lo que realmente cuenta es el proyecto del propio Francisco Guarido", ha analizado el politólogo.

Una manera de trabajar que entronca con un discurso en el que Francisco Guarido siempre se ha alejado de posibles confluencias. Izquierda Unida no ha titubeado a la hora de alejarse de Podemos y eso ha supuesto también un plus para conseguir el apoyo de los zamoranos en las urnas. "Vemos cómo los ayuntamientos que estaban a la izquierda del PSOE, los denominados ayuntamientos del cambio, se han caído todos menos Cádiz y Zamora", ha señalado el experto. "Son las dos ciudades cuyos alcaldes han renegado siempre de Podemos y eso también les ha hecho salvarse; está claro que Podemos es una marca gastada", ha comentado el sociólogo y politólogo para arrojar las claves necesarias de cara a entender este "efecto Guarido".

En este punto, Manuel Mostaza ha querido trazar un paralelismo con uno de los alcaldes más mediáticos de cuantos existen en las grandes ciudades del país. "Es un caso muy similar al de Abel Caballero en Vigo", ha detallado el experto. El regidor socialista es otro de los casos llamativos de estas elecciones municipales, tras haber sometido a sus rivales políticos con un contundente resultado que le ha otorgado veinte concejales por los siete que se reparten entre los otros tres partidos con representación. Aunque con menos holgura, la de Francisco Guarido también es mayoría suficiente para poder gestionar el Ayuntamiento de Zamora durante los próximos cuatro años sin ningún tipo de pacto.

El "efecto Guarido", por lo tanto, existe en la percepción que los zamoranos han construido de él dentro de la figura de alcalde. La "institucionalización de la persona", de la que habla Manuel Mostaza, con la que ha conseguido no solo revalidar el apoyo de los suyos sino pescar en caladeros inimaginables hace poco más de cuatro años tanto a la izquierda como a la derecha del espectro político.