El hombre que asestó ocho puñaladas a otro individuo durante una riña dirigidas al costado izquierdo, en el hemitórax, alguna a zonas vitales, y que le causó heridas en ambas manos en la Navidad de 2016 acaba de ser condenado a dos años de cárcel por la Audiencia Provincial como autor de un homicidio en grado de tentativa.

El procesado, de iniciales O.J.C., deberá abonar al perjudicado 3.910 euros para indemnizarle por las lesiones y 590,64 euros al Sacyl. El otro imputado, de iniciales M.J.G., pagará una multa de 90 euros por un delito leve de maltrato, ya que empujó al herido para que cayera al suelo, donde siguió siendo agredido por el otro acusado, de acuerdo con los hechos que relató la Fiscalía Provincial y que han reconocido los dos procesados, por lo que han visto reducidas la condena al aplicárseles atenuantes de admisión de los hechos y de arrepentimiento.

El propio herido grave, que recibió cortes en las manos por intentar defenderse y lesiones incisas superficiales en dos dedos, declaró en su día que si pudo sobrevivir al ataque fue por su exceso de peso, que impidió que las puñaladas que le propinó el imputado pudieran llegar a tocarle algún órgano vital, una versión que corroborarían los informes forenses tras examinar al herido.

Los hechos ocurrieron en el 25 de diciembre de 2016 a las puertas de una de las discotecas de la carretera de Villalpando, después de que agresor y víctima, conocidos, fueran expulsados del local a las 6.00 horas tras iniciar un enfrentamiento "por las graves desavenencias" que la víctima mantenía con el procesado, quien, junto con el otro acusado, ambos con armas blancas en la mano, se dirigió al joven que resultaría herido de gravedad.

O.J.C.gritaba "te voy a quitar la vida" mientras se iba hacia el joven para propinarle la primera navajada en el costado izquierdo, momento en el que M.J.G. le empujó y cayó al suelo, donde continuó la agresión. Las lesiones sufridas tardaron en curarse 17 días, aunque no le impidieron desarrollar una vida normal, si bien tuvo que ser intervenido en abril de 2017, casi cuatro meses después de la agresión, para extraerle un cristal que le provocó una flebitis que tuvo que tratar durante 30 días.