La agroalimentación es un sector estratégico para evitar la despoblación, que genera empleo directo e indirecto, basado en materias primas de excelente calidad y procesos productivos artesanales y naturales, según ponen de manifiesto los datos del IV Observatorio Agroalimentario de Castilla y León presentado por el Colegio de Economistas de Valladolid. Su valor estratégico se da más aún en provincias como Zamora, escasas de tejido industrial y en las que agricultura y ganadería juegan un papel económico fundamental

Juan Carlos de Margarida, decano del Colegio, ha destacado que se trata de un sector que "genera sinergias con otros sectores económicos como son el sector de la gastronomía, el sector del turismo o sector de la cultura", lo que implica que tiene "un gran potencial" pero ha insistido en que necesita "una profunda reconversión" para afrontar los restos marcados por Europa sobre desarrollo sostenible.

En opinión del decano del Colegio de Economistas, la industria agroalimentaria zamorana debe apostar por más infraestructura transformadora y comercializadora, "ya que las tendencias del consumo incrementaran la demanda de productos elaborados", al tiempo que situar sus productos en los estándares de "calidad y seguridad alimentaria que existen los consumidores".

Para ello, según recoge el IV Observatorio Agroalimentario de Castilla y León, es necesario que las explotaciones agrícolas y ganaderas de la provincia profesionalicen su gestión, formen a sus trabajadores, incorporen procesos de innovación, transformen digitalmente sus empresas y logren una cadena alimentaria más sostenible y de menor impacto ambiental.

Juan Carlos de Margarida ha insistido en que la potenciación de las industrias agroalimentarias es "una herramienta para fijar población en el mundo rural" que las administraciones públicas deben tener en cuenta.