El escritor Félix G. Modroño está enfrascado en la divulgación de su última novela, un texto con una trama que tiene los ingredientes que le definen, pero a los que ha añadido un toque de imaginación. Este lunes compartirá con los lectores el proceso creativo de "La fuente de los siete valles" en la Biblioteca Pública.

- Su sexta novela representa un regreso a una ambientación decimonónica. ¿Qué le hace volver a este mismo período histórico?

-Me encontré muy cómodo a partir de "La ciudad de los ojos grises". Me encanta recrear ambientes y para mí uno de los momentos más interesantes de la historia es el siglo XIX por la transformación de la revolución industrial y la transformación del pensamiento, en el que todo era posible. Es un siglo de descubrimientos tanto tecnológicos como de avances en la medicina? la gente que vivió esa época no pensaba que podían existir límites a nuevas experiencias y yo me encuentro muy cómodo situando mis novelas en ese momento histórico casi más importante que el que vivimos ahora, y eso que lo que vivimos actualmente es trascendente a efectos de tecnología. Aquella época fue pasar de las sombras a la luz.

-Usted ha ambientado textos en Bilbao, en Sevilla y ahora en La Rioja. ¿Por qué en esta ubicación?

-Porque desde niño tenía una pequeña fijación con las glosas emilianenses, desde que me las descubrieron en el colegio y me parecía muy interesantes aquellos monjes que empezaron copiando incunables, copiando manuscritos hace ya mil años. Yo la historia la imagino en los detalles no en grandes datos ni grandes cifras. Me imaginaba a los monjes con aquellos primeros textos en un incipiente castellano y tenía un planteamiento en la cabeza. Fui a visitar la zona y como ahora dispongo de más tiempo mi documentación no solo es historiográfica, sino que es también de reconocer los lugares y las personas que lo habitan.

-¿Qué implicó el viaje?

-Me maravillé otra vez con San Millán de la Cogolla y, sobre todo, con el descubrimiento de su biblioteca. Con los libros que había allí los incunables los libros prohibidos que estaban guardados en infernillos y se me ocurrió ambientar la novela en este marco. La Rioja es un poco patrimonio de todos. Me siento un poco embajador de los lugares en donde ambiento en este caso de La Rioja. Mi forma de escribir es muy evocadora e invito al lector, de manera no consciente, a visitar los lugares con otra perspectiva. La Rioja es identificado con sus vinos, pero yo la reivindico más allá de sus caldos.

-Sus historias llevan asociadas una amplia documentación.

-Forma parte de mi estilo... no sabría hacerlo de otra forma. Demasiadas licencias me he permitido al final de la novela porque en esta ocasión he cambiado de registro, aunque intentando ser fiel a mi estilo. A mí revindicar personajes que se han convertido en el nombre de una calle más que lo que realmente fueron me apetece muchísimo. En la novela aparece Espartero, la principal figura política del siglo XX, o Menéndez Pelayo una figura totalmente fascinante. Nosotros estudiamos a los personajes históricos a base de titulares y detrás de ellos hay personas. Lo que a mí me gusta es mostrar la psicología de los personajes tanto históricos como ficticios.

-¿Y cómo lo materializa?

-En esta novela aparecen los monjes con su nombre y apellidos, el propio panadero de San Millán de la Cogolla. Me gusta ponerme en su situación y pensar lo que podía pensar Espartero cuando se murió su mujer, de la que estaba profundamente enamorado, o el celo del panadero de San Miguel de la Cogolla en guardar los libros del monasterio. Esos detalles dan verosimilitud a la historia y me permiten plantear la trama que quiero.

-La fantasía es un punto novedoso en la novela.

-Lo he hecho conscientemente. Tenía muy claro que esta novela tenía que tener un punto de fantasía, lo que ha generado controversia entre los lectores. Me apetecía que no fuera una novela de corte histórico al uso, arriesgarme en cierto modo.

-¿Un escritor para evolucionar en su trayectoria tiene que asumir riesgos?

-Yo creo que es fundamental para avanzar. Además, forma parte de mi carácter porque yo continuamente tengo que estar experimentando a pesar de que ya soy bastante veterano. (Risas). Yo intento que todos los días sean distintos, lo que también influye en mis novelas.

-¿Por qué ha elegido a un eclesiástico como personaje principal?

-Es un personaje de ficción. En esa época y hasta hace muy poco, un niño pobre la única manera que tenía para estudiar era meterse en el seminario. Pablo Santos es un sacerdote un poco obligado como tantos otros, pero en un momento determinado, cuando descubre un secreto en San Millán de la Cogolla, se empieza a tambalear su fe. El pasaje de este sacerdote, al estilo pájaro espino, con la sotana remangada jugando a pelota mientras que las niñas bien de Logroño lo observan me parecía muy sensual, un aspecto que no quiero perder mis novelas. Procuro trabajar las emociones de los amores prohibidos, de las barreras, del más allá de las relaciones tradicionales? porque creo que el amor no debe tener tabúes, no debe tener límites, ni barreras.

-El título de la novela es "La fuente de los siete valles" pero ¿existe?

-Sí, sí. Existe y mi experiencia con ella fue muy curiosa. Yo tengo muy poca forma física, pero me fui en su busca y en el libro reflejo lo que me pasó. Es un lugar precioso para ser visitado. Esa fuente fue la que me inspiró la novela. Tiene varias acepciones fuente como emisaria de agua, es fuente de conocimiento y fuente de la eterna juventud. En la novela me interesa expresar el amor del protagonista por el conocimiento y de todos los amantes de los libros. Esta novela es un homenaje a los libros, a las bibliotecas, a los libreros.

-Un gremio que pasa por momentos complicados?

-Quiero creer que la moda de cambiar el ocio lector por la pantallita cuadrada es pasajera y que terminará aburriendo. Los libros siempre han tenido vicisitudes a lo largo de la historia, pero yo quiero creer que hay un grupo de fieles lectores acuden a las librerías.

-Sin embargo, los datos del hábito de lectura en España sitúan a Castilla y León entre las comunidades donde menos libros se compran.

-Me apenó conocer ese dato de que es esta comunidad autónoma está a la cola de compra de libros por habitante al año. Hay que analizar qué factores influyen porque es curioso que teniendo uno de los mejores informes PISA el índice de comprar el libro sea tan bajo. Personalmente creo que la gente mayor lee y la media de edad de la gente que lee, o al menos a mí, se sitúa entre los 40 y los 60 años. No obstante, yo creo que afortunadamente hay mucha gente que todavía lee y que se acerca habitualmente a comprar libros.

-La trama la escribió en Villalpando.

-Esta novela fue gestada allí. Cuando dejé de trabajar en el banco me encerré en Villalpando donde quise cambiar de vida, donde quise dejar el ajetreo de más de 80 llamadas diarias, de tomar decisiones constantemente... Fue un empezar de nuevo, como un renacer y Villalpando para eso fue idóneo. Es un lugar tranquilo donde me refugié con mis libros y mi historia.

-El doctor Zúñiga ha protagonizado varios de sus anteriores títulos, ¿retomará este personaje?

-Francamente estoy muy encariñado con el doctor Zúñiga. Es un hombre que está vinculado a tierras salmantinas y su Pelayo es un chico zamorano. El problema de Zúñiga es que tiene menos lectores que mis otras novelas. Lo que no descarto, es ambientar una novela en Tierra de Campos, de hecho la historia la tengo ya, porque me llaman mucho la atención sus paisajes, los cielos, el lenguaje aprendido en mi infancia de mis abuelos y de mis padres... No dejaría de ser un homenaje a todos esos autores castellanos a los que yo admiro.

-Y ¿el singular cura Pablo Santos tendrá una continuación?

-Cuando la terminé no tenía ninguna intención de continuar con este personaje. No obstante, es verdad que cada vez más lectores me lo están pidiendo. No lo descarto. Tengo historias muy bonitas que contar y me apetece hacerlo.

-Y ¿hay editoriales interesadas en publicarlas?

-Afortunadamente sí. A día de hoy no tengo ningún problema para publicar y me respetan lo que me apetece escribir.

-Ahora ha cambiado de editorial...

-Tengo lectores fieles que me siguen independientemente de con quien publique. No tengo una idea al respecto. Tengo claro que voy a publicar en la editorial que más garantías me ofrezca y que mejor cuide de mí y de mis novelas. No me cierro a los grandes grupos editoriales.

- "La ciudad de los ojos grises" le ha dado muchas alegrías.

-Efectivamente y está traducida al italiano y en Grecia me han pedido los derechos de mis cinco novelas. Las redes sociales han posibilitado estar en contacto con una editorial que publica novelas españolas. Les encantó esta novela y me ofrecieron publicar "La ciudad" y las restantes. También tengo otras historias bonitas. Así una lectora francesa ha traducido por su cuenta tanto "La ciudad de los ojos grises" como "La sangre de los crucificados" al francés. En Estados Unidos el doctor Zúñiga ha sido objeto de un simposio en una universidad norteamericana. Resulta gratificante tener lectores en todo el mundo gracias a la globalización. En Sudamérica obviamente tengo muchos lectores y en Argentina es muy curioso, pero tengo muchas lectoras que me reclaman por Buenos Aires.

-Este lunes día 27 presenta la novela en Zamora a puerta gayola únicamente usted y los lectores en la Biblioteca Pública del Estado.

-Es un poco a modo de anticipo de la Feria del Libro. Por fechas no podía estar, pero no quería faltar a mi cita con Zamora. La de Zamora coincide con la del Madrid con la de Bilbao, donde tengo fechas comprometidas. El acto es a las 20.00 horas en la Biblioteca Pública y estaré yo solo. Mis presentaciones no son al uso, son cualquier cosa menos aburridas.