ADIF restablece mañana, a partir de las cinco de la madrugada, el tráfico ferroviario en la línea de ancho convencional Zamora-Ourense, interrumpido desde la noche del 8 de mayo debido a las obras de construcción de la LAV Madrid-Galicia en varios puntos.

La complejidad de los trabajos, especialmente en el tramo Taboadela-Ourense, han obligado a ADIF a prolongar el corte 48 horas más. La Alta Velocidad ha reunido en este corte extraordinario varios trabajos en puntos distintos con afección a la línea convencional Zamora-Ourense, con el fin de minimizar la repercusión sobre la conexión ferroviaria Madrid-Galicia.

Las obras más complicadas han sido las relacionadas con la adaptación a la alta velocidad del tramo Taboadela-Ourense y la implantación del ancho estándar en dicho recorrido, de 16 km de longitud. En este tramo, el túnel de entrada a Ourense denominado de San Francisco, ha presentadosingularidades imprevistas desde el punto de vista geotécnico, que han obligado a intensificar los medios para que, dentro de los límites, se garantizase la absoluta estabilidad del túnel y se produjeran las menores molestias posibles al vecindario.

ADIF lamenta las molestias ocasionadas por la interrupción al tráfico ferroviario del tramo Zamora-Ourense, así como por los ruidos en el entorno urbano del túnel de San Francisco, según ha manigfestado en un comunicado público.

Por otro lado, ADIF Alta Velocidad efectuará a partir de las doce de la noche y un minuto del 10 de junio la puesta en tensión de la catenaria (línea aérea de contacto) para la tracción eléctrica del tramo entre Zamora y Pedralba de la Pradería, correspondiente a la línea de ´alta velocidad Madrid-Galicia.

La puesta en tensión de la catenaria, sistemas asociados y centros de autotransformación de estos 110,7 kilómetros de vía tiene como objetivo continuar con las pruebas necesarias para la puesta en servicio del tramo Zamora-Pedralba.

La electrificación de la nueva línea de alta velocidad está configurada en un sistema de 2x25.000 voltios en corriente alterna y 50 hertzios de frecuencia. La alimentación de energía eléctrica a la línea se realiza mediante subestaciones de tracción, que transforman la tensión de 220 kilovoltios o 400 kilovoltios suministrada por Red Eléctrica de España, a los 2x25 kilovoltios necesarios para la catenaria de alta velocidad.

Este sistema de alimentación permite un mejor reparto de corrientes y es el utilizado en todas las nuevas líneas de alta velocidad en España. El sistema permite ampliar la distancia entre subestaciones de tracción hasta los 60-65 km aproximadamente, con el consiguiente ahorro en instalaciones.