Rodeado por los suyos, los de Zamora y los de fuera, y en el acto central de la campaña para revalidar la Alcaldía, Francisco Guarido reclamó "una mayoría suficiente" para que Izquierda Unida pueda gobernar en solitario a partir del 26 de mayo. El líder municipal subrayó que "en Zamora es posible lo impensable", recordó el 2015 y aseguró verse "más fuerte" que entonces. El auditorio de La Josa apoyó las palabras de un candidato que ve la posibilidad de repetir sin la ayuda del PSOE, su socio hasta la fecha.

Guarido protagonizó la parte final del mitin organizado como broche a la fiesta del partido. Los militantes de Zamora y los forasteros, muchos de ellos pertenecientes a la corriente "IU sí con más fuerza", cerraron filas en torno al alcalde, que reivindicó el trabajo de su núcleo duro. Mención especial para Miguel Ángel Viñas, Laura Rivera y Rocío Ramos, los de toda la vida, y halagos al resto: "Somos un grupo compacto que tiene la confianza de la ciudad", remarcó.

El alcalde incidió en el mensaje del "trabajo", con el que lleva machacando toda la campaña. También volvió a citar el periódico elaborado a modo de balance y mencionó a quienes "estaban esperando con la escopeta cargada", de un lado y del otro de la trinchera ideológica.

Francisco Guarido también volvió varias veces al punto de partida de la "ingente obra", como calificó a su mandato: "Al día siguiente de ganar nos invadió la responsabilidad", reconoció el líder de Izquierda Unida, que relató las dificultades en el ejercicio del gobierno, explicó que "hay cosas a las que no se ha llegado", y apeló a volver a romper el techo, tras lograr cuatro y ocho concejales en el 2011 y en el 2015.

Además, el aspirante a revalidar la Alcaldía pidió que el proyecto de Izquierda Unida se extienda hasta los ocho años: "Hasta ahora hemos limpiado la casa; ahora queremos dejarla bonita", apuntó Guarido, que enumeró los que, a su juicio, son los valores de sus concejales: "Honradez, austeridad, firmeza y diálogo".

También hubo tiempo para que el alcalde volviese a asuntos de otra época, como el edificio municipal o la Sociedad de Turismo, "las herencias" recibidas. "Nosotros dejamos un Ayuntamiento sin líos económicos", insistió Guarido, que se jactó de ser "pragmático" y que volvió a citar los acuerdos con Ciudadanos para aprobar los presupuestos como ejemplo de su capacidad para llegar al entendimiento.

Para terminar, el alcalde lanzó un último apunte: "El PP va a perder la Diputación". Mensaje doble, también para el PSOE: "El cambio va a llegar con el voto municipal a Izquierda Unida", advirtió Guarido, que quiso añadir que el suyo es "un grupo compacto que no se divide nada más entrar al Ayuntamiento".

El alcalde concluyó con mensajes para toda la militancia de Izquierda Unida, con una reivindicación para las siglas y un mensaje de fuerza de cara a la dirección federal encabezada por Alberto Garzón: "Nuestra organización tiene que ser visible y respetada", afirmó Guarido, antes de dejar atrás el escenario.