Conocer los entresijos del subsuelo de Toro y los secretos que guardan los principales monumentos de la ciudad de Doña Elvira es posible a través de dos rutas turísticas que guían al visitante por las bodegas históricas y los edificios monumentales del municipio.

La muy noble, muy leal y muy antigua ciudad de Toro está horadada por unas 300 bodegas subterráneas. Son reflejo de la identidad de una ciudad que está ligada desde épocas muy antiguas a la vid, al vino y a sus tradiciones.

La ruta por las bodegas históricas propone un itinerario guiado que da idea de la grandiosidad de todas ellas. El recorrido está formado por tres bodegas fijas y otras dos que se abren a las visitas siempre que es posible.

Esta ruta por la cultura del vino en Toro lleva al visitante por la bodega del Ayuntamiento, la de la Cámara Agraria y la del Palacio de los Condes de Requena. A estas se suman, siempre que es posible, las situadas en el Palacio de Valparaíso y en el Antiguo Hospital.

Todas ellas fueron restauradas por el Instituto Español de Patrimonio en un proyecto de conservación de las bodegas tradicionales de Toro.

La bodega del Ayuntamiento está aneja al edificio de la Casa Consistorial de la Plaza Mayor. Es un conjunto de tres naves a distintos niveles enlazadas por las esquinas y con bóvedas de cañón.

La bodega de la Cámara Agraria, que alberga la Bodega Histórica del Vino de Toro, perteneció a la antigua Cofradía de Labradores. Conocida por su sobrenombre de La Niña Bonita, ya existía en el año 1652 y conserva en perfecto estado el lagar y la zona de producción.

Bajo el Palacio de los Condes de Requena se sitúa la tercera de las bodegas de esta ruta. Consta de dos cámaras diferenciadas en altura y en el interior de la primera nave se guardan embotelladas todas las muestras de certificación de la Denominación de Origen Toro desde su creación en 1987.

Excavadas bajo tierra, son muestra de la identidad de Toro y del protagonismo que ha tenido el vino a lo largo de los siglos como agente social, económico y urbanístico de la ciudad.

Y de las bodegas históricas a "Monumentalia", un recorrido por el patrimonio municipal de Toro, desde el Alcázar, que es el origen de la ciudad y cuyo adarve es visitable y ofrece unas magníficas vistas de la vega del Duero, a la emblemática Plaza de Toros, que representa, junto al Teatro Latorre, un conjunto único de arquitectura tradicional del siglo XIX. El Alcázar, el Hospital de la Cruz, el Teatro Latorre, la Plaza de Toros, el Palacio de los Condes de Requena, la iglesia de la Concepción, el Palacio de los Marqueses de Castrillo, la Torre del Reloj y el Ayuntamiento son las nueve edificaciones de titularidad municipal que pueden visitarse en esta ruta por el legado patrimonial público de una ciudad "con sabor a vino".

A ellos se unen otros bienes culturales municipales que pueden visitarse en un agradable paseo por las calles de la ciudad, como el Toro verraco de época vaccea, las puertas y algunos paños de la antigua muralla o la fachada del Palacio de las Leyes, único vestigio que permanece en pie tras el incendio que en 1923 destruyó el histórico inmueble donde se celebraron las Cortes de Toro.