La presunta víctima volvió a relatar ayer cómo su expareja, con la que tiene dos hijos menores de edad, la esperaba cerca de su casa, a pesar de la orden de alejamiento aún vigente ese 12 de noviembre de 2018, tras ser condenado por violencia de género. Y que logró que se acercara a su vehículo, estacionado cerca de Comisaría, con la excusa de que le iba a entregar la silla de seguridad del pequeño de sus vástagos. Una vez dentro del turismo, donde no había ninguna silla, "intento dialogar con él por los niños", pero "cierra las puertas del coche y ya no puede escapar", declaró la presunta víctima, quien relató cómo el hombre arrancó el turismo y la condujo hasta un descampado de la barriada de Asturias mientras la insultaba y la agredía.

Una vez en esa parte alejadada la capital, "me arrastra fuera del coche por los pelos y me pega, ha subido otra vez y ha arrancado, yo creía que me iba a pillar", "tenía miedo", manifestó con voz entrecortada ante la magistrada del Juzgado de lo Penal. El hombre volvería a introducirla en el vehículo, ahora a la fuerza, para continuar pegándole tortazos y un cabezazo en la frente, hechos que niega el acusado, quien justifica el golpe en la cabeza por un frenazo brusco y las heridas de la mujer en las manos no por el forcejeo, sino porque ella habría golpeado el turismo para perjudicarle. El abogado de la defensa solicitó, en base a esos argumentos, la absolución del imputado e insistió en que la denunciante busca "hacerle dormir en el hotel, una frase dicha por ella", que "entró voluntariamente en el coche". Una llamada del hermano de la denunciante sirvió para que el joven condenado ya por otro episodio de maltrato se calmara y dejara a la mujer salir del turismo, de acuerdo con su testimonio. De inmediato, devolvió la llamada a su hermano para pedir ayuda, dijo.