Pedaleando y en silencio. Así rindieron homenaje los ciclistas zamoranos a aquellos compañeros que han sido atropellados o que han sufrido algún accidente como consecuencia de las infracciones de las normas de seguridad vial. Zamora se unía así a la convocatoria mundial “Ride of silence” (“Paseo del silencio”), que ya es habitual en la capital desde el año 2008 y que se inició en Estados Unidos cinco años antes, celebrándose habitualmente el tercer miércoles de mayo.

La Plaza Mayor fue el punto de encuentro de estos deportistas aficionados, donde se comenzó leyendo un poema en recuerdo de las víctimas para iniciar poco más tarde la marcha por la ciudad, que no superó los veinte kilómetros.

Gente de todas las edades comenzaron a pedalear sin apenas murmullo, ante la mirada de los viandantes. “No se trata de un acto reivindicativo, sino un homenaje a los ciclistas heridos o fallecidos, así como a la concienciación del uso compartido de las vías públicas”, recordaron.

Desde que en 2003 lo pusiera en marcha Chris Phelan, después de que un ciclista, Larry Schawartz, muriese tras ser golpeado por el espejo exterior de un autobús escolar, este movimiento se ha extendido por todos los continentes y Zamora se ha convertido seguramente en el único municipio de España que lo lleva haciendo de manera ininterrumpida desde el año 2008, por lo que ayer sumaron once ediciones.

Acompañados de pancartas y banderas negras, el grupo recorrió en sus veinte kilómetros de marcha el casco antiguo, pero también el centro de la capital, la zona de Tres Cruces, La Marina o la avenida de Portugal, hasta llegar, una hora más tarde, al punto de partida en la Plaza Mayor.

“Es un acto sencillo, para realizar una marcha por la ciudad a baja velocidad, en silencio y en recuerdo y homenajea nuestros amigos ciclistas que tuvieron la desgracia de encontrar la muerte o resultar gravemente accidentados practicando esta actividad que nos apasiona”, apuntaron desde la organización.