Coinciden los analistas en que lo ocurrido en las elecciones generales del pasado 28 de abril puede marcar el devenir de las municipales y autonómicas del 26 de mayo. Una máxima que, en Zamora, no sirve de nada. Los condicionantes de la capital del Duero hacen que la incertidumbre sea total en este día de inicio de campaña. Izquierda Unida no concurría, de facto, en las nacionales del mes pasado. Y si la referencia fueran las locales de 2015, tampoco existían por entonces Por Zamora y Vox, mientras que Podemos decidió no presentarse. La fragmentación de la Corporación Municipal parece un hecho, pero el juego de los bloques está aún por decidir.

La izquierda se persona en estas elecciones municipales dividida en cuatro. Izquierda Unida y Partido Socialista, que conforman el bipartito que actualmente manda en el Ayuntamiento de Zamora La formación de Francisco Guarido parte con la ventaja de ostentar la Alcaldía, pero los de Antidio Fagúndez cuentan con el espaldarazo de las generales y quieren subirse a la ola ganadora para superar los cuatro ediles actuales.

Podemos, por su parte, se presenta por primera vez ante los zamoranos en unas municipales como uno de los principales críticos de IU a lo largo de los últimos años, pese a no estar, si quiera, en la Corporación. Ambos, sin embargo, están condenados a entenderse si las cuentas no alcanzan. Mientras tanto, Ahora Decide ha optado por una política clara de confrontación para con el bipartito de gobierno, llegando incluso a catalogar de "engaño" el mandato por su grado de cumplimiento; "escaso", a juicio de los de Manolo Fuentes.

Por la derecha, el futuro no está mucho más claro. Mayte Martín Pozo encabeza la candidatura de un Partido Popular que quiere recuperarse de una cascada de batacazos. El primero, tras perder la Alcaldía en 2015. El segundo, tras perder el Gobierno central en 2018. Y el tercero, tras perder estrepitosamente las elecciones del mes pasado, donde además cedieron un diputado y un senador por Zamora. La tendencia nacional no beneficia a un equipo totalmente renovado.

Ciudadanos, por el contrario, viene de una victoria moral en las generales. Con prácticamente la mitad de votos que PP y PSOE, cosechó el mismo resultado: un diputado. Francisco José Requejo puede tener la llave del Ayuntamiento de Zamora y ellos mismos aseguran que no les van a faltar "novias" tras el escrutinio del 28-A.

Vox y Por Zamora cierran el círculo en este espectro. El partido de ultra derecha cosechó en las generales 4.300 votos en la capital; esa cifra, si se repitiera en las municipales, le aseguraría a los de Santiago Abascal prácticamente tres concejales. Respecto a la formación dirigida por Ángel Macías, la incertidumbre es total pese a que la apuesta es decidida. El propio candidato y exteniente de alcalde del Partido Popular confía, no solo en entrar en la Corporación Municipal, sino en conseguir el bastón de mando. Llegar y besar el santo.

Con esta ruptura a izquierda y a derecha, nadie se atreve a aventurar lo que ocurrirá el próximo 26 de mayo. Ni tan si quiera los propios partidos, que saben que el denominado "ensayo general" de los comicios del 28 de abril no vale de nada debido a las particularidades de Zamora. Sin voto útil, con Izquierda Unida en juego y con cuatro partidos pugnando por cada lado ideológico, los análisis de los expertos son una quimera en la capital. Solo los zamoranos tendrán la potestad de dar o quitar a cada uno de los contendientes y para ello aún faltan dos semanas. Mientras tanto, todos se afanarán en conseguir convencer al mayor número de electores posible.