Frente a las cocinas de vanguardia y los platos que se preparan al ritmo frenético de la sociedad del siglo XXI, la agrupación La Morana propone todo lo contrario: el regreso a las recetas ancestrales. Con esa "receta", el colectivo inauguró ayer su undécimo taller. La prueba del interés que suscita la cocina tradicional de antes es evidente: ni una sola plaza en esta iniciativa, apoyada por el Consejo Local de la Juventud y la Diputación de Zamora.

Con un buen ambiente y conversaciones en torno a "lo de antes y lo de ahora", se estrenó el nuevo taller en la sede de La Morana, en la Bajada de San Pablo. "El taller pretende poner un acento en la cocina tradicional de Zamora, que puede integrarse sin ningún problema en la dieta diaria", explica Francisco Iglesias, presidente de la agrupación. "No debemos menospreciar las recetas ancestrales", apostilla.

Figuras de calidad

En efecto, dicha cocina tiene un sólido pilar: la calidad de las materias primas. Las figuras de protección de las carnes, las legumbres o los vinos hablan por sí solas de cómo los zamoranos producen dichos ingredientes.

Y este año, La Morana ha apostado por los postres. "Hemos hecho un monográfico para poner en valor postres como el pío de la fiesta de santa Filomena, en la localidad de Villalba de la Lampreana", precisa Iglesias. "Es un plato que solo se hace ese día", añade. En el local de la asociación el buen humor y el interés eran la prueba de que aquello que se estaba preparando tenía muy buena pinta.

El bollo de nueces y las rosquillas de aire de Pedrazales, así como las flores de carnaval que se pueden encontrar en cualquier lugar de la provincia cuando llega la época de disfraz completaron la primera sesión del undécimo taller. Los postres continúan hasta el viernes con sugerentes recetas, como la del bollo coscarón, los huesos de san Expedito, las roscas del Bendito Cristo de Santa Cristina de la Polvorosa o el pastel de queso cuyo sabor es bien conocido en pueblos como Aspariegos.

"Contamos en esta edición con diferentes cocineros que aportan, ante todo, una visión rigurosa de la cocina tradicional y experiencia didáctica culinaria para trasladar a los participantes los secretos y el proceso de elaboración de forma adecuada", explican desde La Morana.