Los socios de la Caja Rural de Zamora participaron ayer en las diferentes juntas preparatorias de la entidad, que sirven para conocer el balance de la caja en el último año, los proyectos de futuro y para la elección de los 122 delegados que son los que tomarán las decisiones en la asamblea general del próximo 24 de mayo.

La entidad que preside Nicanor Santos Rafael y dirige Cipriano García Rodríguez lleva a cabo desde esta semana veinte juntas preparatorias, que se celebran en distintas localidades de la provincia, con el fin de facilitar la asistencia de los socios.

Las juntas preparatorias se llevan a cabo en Toro, Coreses, Villalpando, Villafáfila, Zamora capital, Moraleja del Vino, Manganeses de la Lampreana, Tábara, Alcañices, Carbajales de Alba, Benavente, San Cristóbal de Entreviñas, Almeida de Sayago, Corrales del Vino, La Bóveda de Toro, Fuentesaúco, Moralina de Sayago, Fermoselle, Burganes de Valverde y Santibáñez de Vidriales. Es un proceso habitual que la cooperativa de crédito desarrolla cada año por estas fechas.

Ayer se celebró una de las más numerosas, la de Zamora capital. Al Colegio Universitario acudieron las delegaciones de Benegiles, Morales del Vino, Zamora capital y de Madrid. Ya por la tarde se celebraron las juntas de Moraleja del Vino (donde también acudieron delegaciones de Sanzoles y Villaralbo), de Manganeses de la Lampreana y de Tábara, donde se hicieron presentes las delegaciones de Riofrío de Aliste, Ferreras de Abajo y Villardeciervos.

Caja Rural de Zamora logró un beneficio neto de 20.1 millones de euros en 2018, lo que representa un fuerte aumento, del 21,5% con respecto al año anterior, según los datos del balance que presentó la entidad hace unas semanas. Los resultados suponen "la consolidación del crecimiento y el avance de nuestro modelo de banca local", apuntan desde la entidad.