El pintor Satur Vizán presenta rincones de la ciudad, interiores y hasta rostros pintados en los últimos años en la galería de arte Ángel Almeida-Espacio 36 una exposición titulada "Espacios de luz" integrada por 38 cuadros que "(...) nos hacen retornar a nuestra realidad cotidiana para dialogar, emocionarnos y deleitarnos con ella" según figura en el tríptico editado.

-Esta es su primera exposición tras realizar el cartel anunciador de la Semana Santa de Zamora y regresa un poco con las líneas que ha desarrollado en los últimos años.

-Vuelvo a exhibir los paisajes urbanos interiores, pero potenciado en cuanto a cantidad y el público juzgará si en calidad. Es un trabajo relacionado con la incidencia de la luz sobre los objetos y sobre el paisaje. En este caso hay interiores y hay como siempre paisaje urbano.

-¿Por qué retorna siempre a él?

-Porque, sin duda alguna, en Zamora tenemos una luz muy especial, lo provoca tanta calidad en pintura y escultura y que haya muy buenos artistas. Lógicamente si persigues la luz, ésta incide sobre todo el paisaje de Zamora, sobre todo el que yo trabajo, que gusta a todos, aunque no se sea de la ciudad. Yo trabajo especialmente zonas urbanas muy concretas, como pueden ser la vista desde la Fundación Afonso Henriques o desde el Troncoso.

-Tampoco desprecia plasmar la zona más moderna.

-Pinto también la Zamora modernista o la zona de la Farola. Dedico tres obras a la zona de la Marina porque tenían un momento plástico interesante con lluvia y la luz se comportaba de una manera determinada sobre el pavimento mojado. Quería hacer ver a la gente que habitualmente caminamos por la ciudad que Zamora tiene muchos detalles que resultan maravillosos.

-Son espacios por los que usted también transita. ¿Cómo sigue hallando belleza?

-Porque los pintores tenemos un séptimo sentido, que es el de la observación. Si caminamos por la calle de una manera a veces un poco zombi (risas) es porque vamos observando lo que nos rodea. Observamos y vemos cosas que normalmente el ciudadano de a pie no percibe. Estas es una de las diferencias una persona que por ejemplo es mecánico y un pintor.

- Y ¿qué percibe Satur Vizán en la Zamora actual?

-Le han dado la vuelta y la han vaciado a la ciudad. Es como si hubieran cogido una caja que contenía muchísimas cosas hermosas, le han dado la vuelta y sencillamente la han abandonado en una estantería. Poco a poco veo que se nos va y nadie le pone remedio.

-Usted capta la luz en rincones de la ciudad y cada vez es más frecuente ver negocios cerrados ¿ha pensado denunciarlo ese abandono en sus cuadros?

-No. No deseo ir tan lejos. Puedo polemizar verbalmente, pero en mi pintura no quiero reflejar nada que no sea agradable. Quiero alegrar la mirada al espectador.

-Y en esta muestra lo hace a través de un guiño a Caravaggio. En la sala pueden contemplarse tres retratos de personajes que el pintor inmortaliza en lienzos significativos dentro de la historia de la pintura.

-Para mí Caravaggio es Dios en la pintura y me apetecía homenajearlo modestamente eligiendo algunas de sus más representativas caras de ciertos cuadros. Los rostros que elegidos están entre los más hermosos cuadros de este autor.

-¿Corresponde a tres de una amplia serie??

-Solo he hecho los tres que se pueden ver. A veces un pintor necesita distanciarse un poco de la obra que pinta, ver la creación de otros artistas y yo me siento muy unido a Caravaggio porque es toda una referencia. Me apetecía mucho representar parte de esos personajes que tanto me fascinan.

-¿Lo había hecho en alguna ocasión más?

-No, en absoluto. He elegido a Judith de la obra "Judit y Holofernes" u otro personaje de cuadro de "Los tahúres" que por su sinestesia son tres caras fascinantes.

-¿Volverá a tributar algún homenaje a este pintor o a algún otro?

-Nunca se sabe. De alguna manera el pintor está siempre como las orejas de las liebres, siempre atento a cualquier sensación que pueda producirse. Con anterioridad había hecho representaciones de personajes de Zamora.

-En su pintura combina la esencia de la luz y el color de manera admirable da igual que sea un cuadro de paisaje urbano como un interior, pero ¿qué prefiere ahora pintar?

-Últimamente me encuentro más cómodo con interiores porque la incidencia de la luz sobre interiores es mucho más agradecida y puedo entrar mucho más en el detalle, de ahí esas flores y esos interiores que se exponen en la sala.

-En la sala también hay tres flores que impactan por el tratamiento cromático que lleva a cabo.

-Es un tema que ya había trabajado. Siempre la naturaleza está presente en la plástica de cualquier actividad artística. El tema floral siempre me ha encantado y voy un poco más lejos. No es una flor cualquiera. Yo escudriño lo que es una flor. He optado por primeros planos de ellas porque me interesa, por encima de todo, entrar en los propios intestinos.

-Logra infinidad de matices de un mismo color en menos de un centímetro cuadrado.

-No es más que 40 años de profesión, de investigación de la técnica y mucho trabajo... un pintor nunca acaba de aprender.

-¿Qué le queda por pintar?

-No lo sé, supongo que mucho. Quiero pensar que me queda mucho por pintar, pero en algunos momentos siento que esté en cualquier momento se termina porque estamos viviendo unos tiempos muy convulsos que hacen que te apetezca quedarte en tu casa sin más. Afortunadamente la pintura para mí es una liberación.

-En cartera tiene...

-Salvo cambios la próxima exposición será en el año 2021 en León en la galería Bernesga y posiblemente con mi amigo y colega Fernando Lozano Bordell. Una muestra desgasta mucho y a veces yo puedo trabajar varias obras a la vez o me centro en una única obra. No tengo una única fórmula de trabajo que me resulte más cómoda. Depende del momento y de la obra que haga.