En apenas un par de semanas, casi dos millones de castellano leoneses están llamados a las urnas para elegir a los ochenta y un procuradores que compondrán las Cortes de la décima legislatura desde el establecimiento de la Comunidad Autónoma

De acuerdo con el sistema electoral vigente, cada provincia elige tres diputados como mínimo y a partir de ahí, incorpora en función de su número de habitantes. Esto hace que, como ocurre en otras regiones como Madrid, el número de miembros del legislativo autonómico no sea fijo pero. Por esta circunstancia, en nuestro caso esta vez se eligen tres procuradores menos que en 2015, lo que fija la mayoría absoluta en 41 procuradores.

En el barómetro publicado esta semana por el CIS se apuntan elementos interesantes para entender por dónde debería ir la campaña electoral que se inició el viernes en Castilla y León. Hay que destacar, en primer lugar, que si el conjunto de la ciudadanía española se ubica en el centro con una ligera tendencia hacia la izquierda, en Castilla y León la población se ubica, como si de un espejo se tratase, también en el centro pero escorados de manera ligera hacia la derecha.

Por otro lado, casi siete de cada diez electores declara que irá a votar "con total seguridad", pero de ellos, casi un 30% se declara indeciso aún en cuanto al sentido de su voto. Esta voluntad de participar en las elecciones es muy diferente en función de la edad del elector: los jóvenes son con mucha diferencia los que menos seguro tienen ir a votar (menos de cuatro de cada diez, frente a casi un 80% de los adultos) y son, además, los que menos decidido tienen el sentido de su voto -casi la mitad de los jóvenes que van a ir votar están indecisos aún en relación a la papeleta que finalmente elegirán-. Otro elemento que matiza la posibilidad de participar es el nivel de estudios: las personas sin estudios son las que con menos probabilidad anuncian que van a ir a votar, frente a lo que ocurre con las personas que tienen estudios superiores, en cuyo caso, ocho de cada diez declara que irá a las urnas el próximo día 26.

Los electores que más claro tienen que volverán a las urnas son los que votaron a Podemos en las autonómicas de 2015, mientras que los más indecisos son los votantes de Ciudadanos y del Partido Popular; en el primer caso, uno de cada tres votantes de la formación naranja no tiene claro aún el sentido de su voto, cifra que en el caso de los populares supera el 20%. El partido que conserva una mayor fidelidad de voto en la región es el PSOE: casi ocho de cada diez votantes socialistas piensan repetir sufragio en esta ocasión, cifra que entre los votantes de Ciudadanos apenas supera el 50%.

Queda por lo tanto una campaña electoral por delante con mucho trabajo por hacer: el número de indecisos es relevante y cada partido haría bien en entender que todos los días que quedan hasta las elecciones son importantes para conseguir movilizarlos, pero no hay que olvidar que la nuestra es una región envejecida y que, además, los mayores votan más que los jóvenes, así que conviene no errar el tiro a la hora de buscar los caladeros de votantes. La medida en la que cada uno consiga fidelizar a los suyos sin movilizar a los adversarios determinará el resultado de las elecciones.

(*) Politólogo y director de Asuntos Públicos de ATREVIA