Prestigiosos intérpretes e investigadores de la música del país que en los últimos años han ilustrado la nómina de participantes en el extinto Festival Pórtico de Zamora han coincidió en señalar el escaso estudio de la llamada música antigua en España. "Hay mucho por descubrir", han insistido en la última década y media. Algunos proyectos vinieron, precisamente, a exhumar ceremonias ya olvidadas como la del Domingo de Ramos, que en una de las ediciones del ciclo recreó dicho ceremonial con la partitura de Juan García de Salazar (siglos XVII-XVIII), uno de los más ilustres maestros de capilla de la Catedral.

Un entusiasta grupo de jóvenes ha tomado el relevo de aquel extraordinario "In Dominica Palmarum", que fue recreado por las formaciones Schola Antiqua y La Grande Chapelle, para seguir vertiendo luz (y, sobre todo, sonidos) sobre los archivos musicales de hace siglos. La zamorana Clara Espinosa ha sido la impulsora, junto al músico francés Lucien Julien-Laferrière, del concierto "Sonoridades olvidadas", que este sábado se celebra en la Catedral de Zamora

Música olvidada y, ciertamente, resucitada dos siglos más tarde. Cuenta Clara Espinosa, especialista en oboe, que todo empezó cuando terminó sus estudios en el Conservatorio y viajó a Friburgo (Alemania) para seguir formándose. Allí conoció a Lucien Julien-Laferrière, y ambos comenzaron a desarrollar su pasión por la música antigua. "Nos trasladamos a la Schola Cantorum Basiliensis de Suiza y allí creció aún más nuestro interés por recuperar partituras antiguas", explica la joven zamorana. De regreso a Zamora, durante unas vacaciones, surgió el hallazgo. "Encontramos un libro de mi abuela, ya fallecida, que en realidad era un catálogo de obras de la Catedral de Zamora. Desconocía que allí había libros de música, así que nos fuimos al Archivo, conocimos las partituras y comenzamos a estudiarlas y a transcribirlas", relata.

Aquel trabajo ha durado tres años, hasta fijar el objetivo de un concierto muy especial. "Decidimos acotar el objeto de estudio y nos centramos en los maestros de capilla de la Catedral durante el siglo XVIII, músicos como Alonso de Cobaleda, Manuel Antonio Agullón y Pantoja, Manuel de Osete, José Bonet o Manuel Mancebo", explican los responsables de la iniciativa.

Habían puesto la primera piedra de "Sonoridades olvidadas", pero aún quedaba mucho camino por recorrer. "Le trasladamos el proyecto al Ayuntamiento y la concejala de Cultura, María Eugenia Cabezas, que entendió que se trataba de una iniciativa importante, no dudó en apoyarnos", desvela Clara Espinosa. El otro gran pilar lo encontraron en la propia Catedral, que venció el recelo por la interpretación de música entre sus muros y "ha colaborado mucho" en la actividad. La venta de entradas permitirá a los jóvenes completar la financiación. "Damos mucho a este concierto y tenemos que dignificar nuestra profesión, por eso nos pusimos como meta que todos los músicos tenían que cobrar por su trabajo", precisan.

El proyecto alcanza a una decena de especialistas: violín, violoncello, bajón, arpa, oboe y órgano, además de un contratenor y una soprano. Pero sin un coro, sería difícil realizar el "viaje en el tiempo" hasta el siglo XVIII. "Podíamos haber traído un coro de cualquier sitio, pero pensamos que lo adecuado era contar con la gente de aquí. Le trasladamos el proyecto a Camerata Primo Tempo y su directora, Mercedes Lorenzo, que había sido mi profesora, se mostró encantada de sumarse", detallan.

Después de tres años de trabajo y de preparativos, la ilusión dará paso a un sueño convertido en realidad. "Nuestro objetivo principal es que la gente se dé cuenta de que en Zamora existen estas sonoridades", cuenta Clara. Zamora viajará dos siglos atrás en el tiempo para, como hacen en Alemania o Suiza, recuperar algunas de las más bellas tradiciones sonoras que han descansado entre libros durante varios siglos.