El 52% de los nacimientos, más de la mitad de los registrados durante el año pasado en la provincia de Zamora, se produjeron en el seno de parejas que no estaban casadas. Zamora es una de las seis provincias del país en las que se da este fenómeno. Que la tendencia se iba a invertir es algo que se podía atisbar desde hace años, con el imparable crecimiento de la estadística de hijos nacidos fuera del matrimonio. Ahora, como ya sucedió hace años con los propios enlaces (son ahora muchos más los civiles que los religiosos), la tendencia "tradicional" se ha dado la vuelta hacia una nueva concepción de la familia.

A nivel regional, casi la mitad de los niños que nacen en Castilla y León corresponde a madres no casadas, un porcentaje que se ha cuadriplicado con respecto al año 2000. Un análisis de los datos del Instituto Nacional de Estadísticas (INE) permite comprobar que del total de nacimientos en la comunidad en el año 2017, último ejercicio disponible, que sumó 15.509, el 53,9% fue de madres casadas mientras que el 46,1% restante era de una soltera, separada, divorciada, miembro de una pareja de hecho o viuda. La creciente secularización de la sociedad y la aparición de formas de familia más diversas están detrás del hecho de que muchos niños nacen ya de parejas no casadas, frente a lo que ocurría a principios del siglo, cuando solo suponían el 12,8% del total.

"Antes eran bastardos"

El profesor titular del Departamento de Sociología y Comunicación de la Universidad de Salamanca (USAL), Alberto del Rey, aseguró a la Agencia Ical que el matrimonio ha perdido su fuerza, en parte por el proceso de secularización en la sociedad que se traduce en el descenso de las uniones por la Iglesia y el aumento de los enlaces civiles. "Antes no se concebía tener un hijo sin estar casados e, incluso, estaba mal visto pero, desde hace unos años, se ha normalizado y no es un problema social, salvo en las zonas rurales, donde apenas nacen niños ante la falta de jóvenes", explicó.

Del Rey precisó que hasta 1975 los niños nacidos fuera del matrimonio eran considerados bastardos y no tenían los mismos derechos. "Hemos sido una sociedad con valores muy tradicionales, influidos por la religión católica, y había un control muy fuerte para no tener hijos fuera del matrimonio", explicó. La modificación del Código Civil eliminó en 1981 las diferencias entre los niños por el estado civil de sus padres.