Justo 22 días de tregua, hasta los comicios del 26-M. Este es el tiempo que se han fijado los barones del PP, al igual que la dirección nacional, para analizar en profundidad la debacle de las elecciones generales, donde el PP se ha hundido hasta los 66 escaños.

Hasta ese momento tan solo han amagado con pedir responsabilidades los que en breve dejarán de estar en primera línea política, como el vicepresidente de la Junta, De Santiago Juárez; o los que han logrado minimizar daños en sus comunidades autónomas, el caso del gallego Núñez Feijóo. Y en medio de este naufragio hay quien saca cabeza, como el excoordinador general del PP nacional y mano derecha de Rajoy, Fernando Martínez Maíllo, apartado de su puesto de responsabilidad por Pablo Casado tras acceder a la presidencia, y que ahora puede presumir de haber pulverizado en votos a su propio partido en la lista al Congreso.

Maíllo 36.180 respaldos como senador frente a los 32.748 que obtuvo la lista popular a la Cámara Baja. Ello le sitúa en una situación de salida inmejorable si se consumara lo que algunos marianistas y sorayistas vaticinan: nueva derrota electoral de Casado y apertura de un periodo de transición interna en el partido liderada por alguien que no suscite rechazo entre los sectores, como podría ser la presidenta del Congreso en funciones, la zamorana Ana Pastor, o el propio Feijóo.

Casado se la juega a cara o cruz en 22 días, y aunque el pacto es de no agresión hasta que se celebren los comicios, dentro del partido se ha desatado una revolución interna en la que no valen las disculpas. Rajoy perdió dos elecciones consecutivas, pero lo que no perdonan algunos barones es el "abrazo" a la extrema derecha de su presidente nacional días antes de los comicios generales. De momento ya han rodado las cabezas de los responsables de la campaña electoral mientras que Maroto, su director, se queda sin escaño por Álava. La renovación tan drástica de las listas a las generales, apuntan desde el partido, "no ha funcionado". Y ello puede pasar factura.

Un nuevo e hipotético descalabro del PP en las municipales y autonómicas haría saltar chispas en Génova, y que haya quien abiertamente reclame un cambio drástico en la presidencia y en el ideario de la formación.

En Zamora también aguanta el chaparrón el presidente provincial, José María Barrios, que no solo soporta la pérdida de votos como en la mayor parte de las provincias, sino que se ha quedado sin escaño como senador pese a ocupar el segundo puesto. Los votos le han castigado a él y premiado al número uno, Maíllo, y la tercera en la lista, Clara San Damián. Así las cosas, Barrios, número dos por Morales del Vino, solo puede confiar en mejorar resultados ... y en la Diputación.