El agua potable de Zamora es, con diferencia, la más afectada por los contaminantes químicos de toda la comunidad. Las determinaciones analíticas que concluyeron que el agua no era apta para el consumo fueron 18 en Zamora el pasado año, más que entre todo el resto de provincias juntas (14 en total), mientras que los análisis que dieron como resultado agua apta pero no conforme con todos los parámetros, al contener algunos incorrectos, fueron 17 (en resto de provincias en conjunto tuvieron 18). Es lo que dice el último informe sobre la Calidad de las aguas de consumo humano de Castilla y León 2018 que acaba de publicar la Junta de Castilla y León, que incluye los datos del subprograma de vigilancia de los contaminantes químicos de origen geológico en los abastecimientos cuyas captaciones de agua sean subterráneas.

Cuando se detectan en las captaciones concentraciones de contaminantes superiores a los parámetros exigidos en la ley (se aplica el Real Decreto 140/2003), se fija la vigilancia de las redes de abastecimiento. Se llevan a cabo determinaciones de los contaminantes: hierro, arsénico, fluoruros, cloruros, sulfatos, sodio, manganeso, cadmio, cobre, cromo, plomo, aluminio, calcio, magnesio, potasio y vanadio

Constante

Según explica el informe de Sanidad este tipo de contaminación presenta características singulares que condicionan su vigilancia. Una de ellas, que "no se pueden tomar medidas a priori para rebajar la concentración. Solamente el posterior tratamiento es capaz de eliminar o disminuir la concentración de contaminantes".

Por otra parte, la contaminación "suele ser muy constante en el tiempo y no es necesario, para la vigilancia del agua bruta, efectuar numerosas analíticas. La presencia de estos contaminantes, por estar ligados a la calidad del subsuelo, se presenta por zonas geológicas, lo que permite predecir sus valores, si se tiene suficiente conocimiento de otras captaciones de la misma zona".

Para estos contaminantes, la calidad del agua en las redes con captaciones subterráneas, será "un compromiso entre la calidad del agua bruta y la eficacia del tratamiento o mezcla de aguas de diferentes captaciones. Ello permite descartar, para la vigilancia en red, aquellos casos en los que las captaciones subterráneas presenten valores de contaminación geológica inferiores al máximo".

Sólo son objeto de vigilancia rutinaria "aquellas redes cuyas captaciones superen el límite máximo para alguno de los parámetros en las que se toma muestra prospectiva". Si los valores del muestreo en red superan los límites de no aptitud, se comunica a la mayor brevedad al gestor y a la autoridad local para que declare el agua no apta, proporcione abastecimiento alternativo e informe a la población.