La mujer vivió situaciones de pánico tras decidir romper con su pareja, un hombre violento que ya tenía un historial amplio de maltrato a su anterior compañera sentimental por el que terminará de cumplir condena el próximo mes de mayo.

Una trayectoria que siguió durante la relación que inició con la siguiente pareja, a quien llegó a enviar vídeos a través del teléfono móvil en los que usaba cuchillos para atemorizar a su víctima y lograr que regresara, bajo el régimen del miedo, a convivir con él.

Se trata de un claro ejemplo de un violento machista, que se relaciona con las mujeres desde la posición de dominio absoluto, convencido de que su pareja le pertenece y vivir para él y como él determine. La violencia psicológica y física es el arma que utiliza con cada una de sus compañeras sentimentales, una conducta que le ha llevado a la cárcel al menos en dos ocasiones y que hace temer a las autoridades por la integridad física de futuras parejas cuando el hombre vuelva pisar la calle en marzo próximo, tras cumplir en la cárcel el mes que le queda de otra condena e iniciar los 10 meses que se le acaban de imponer por las amenazas y la paliza que dio a su última compañera sentimental.