Mientras que la eucaristía, presidida por el párroco José Ángel Rivera de las Heras, llegaba a su fin la plaza situada delante del templo de Santo Sepulcro se tornó en el lugar de reunión de muchos cofrades de la Virgen de la Guía que portaban sus medallas y se saludaban.

Faltaba un cuarto de hora para alcanzar las doce de la mañana cuando las dos hojas de la puerta del templo románico se abrieron y tras salir los fieles hicieron lo mismo el pendón y los estandartes para, a continuación, traspasar el umbral la Virgen de la Guía llevada en andas y bellamente adornada. La comitiva, que abría un grupo de tamborileros y que contaba con la presencia de representantes del Ayuntamiento y de la Diputación o de la Junta pro Semana Santa, emprendió el camino hacia el Puente de Hierro en una soleada mañana.

El repique de campanas del convento de las Dueñas de Cabañales anunciaba sonoramente el paso de la imagen mariana, mientras que algunos vecinos se asomaban a sus ventanas y balcones y aumentaba la presencia de público. "Viene mucha gente tras la Virgen, pero menos que otros años... quizá por la salida de la manifestación del Primero de Mayo desde Pinilla" comentaba un hombre a otro.

Al llegar a la altura del Puente de Piedra, donde tiene atrás recibió culto la imagen de la Virgen de la Guía, la talla saludó a la ciudad y emprendió su regreso al templo donde habitualmente recibe culto. Antes de acceder a su iglesia la Virgen de la Guía miró al barrio y las numerosas personas congregadas entonaron la Salve y hasta más de uno la vitoreó.

Con la imagen ya en la iglesia, el grupo de Coros y Danzas Doña Urraca desafío las temperaturas que iban en ascenso bailando varias coreografías mientras que muchos eran los que compraban las rifas para los jamones. Con su sorteo y el refresco concluyó la festividad de la Virgen de la Guía.