El fotógrafo zamorano Víctor Hernández Sánchez presenta mañana a las 20.15 horas, acompañado por Julia Andrés Oliveira, en el Museo Etnográfico de Castilla y León un libro de fotografía donde reúne imágenes que tomó en un viaje por la región de Potosí en Bolivia.

-¿Cómo nace el volumen fotográfico "Potosí"?

-Durante tres años he viajado mucho y a medida que iba viajando, cada vez me gusta más perderme, ir más lento, con fecha de salida y no de regreso. El libro surge como una manera de compartir lo que yo he vivido. La idea de este primer libro nace antes de ir a Bolivia donde quería buscar algo concreto, pero luego el viaje se concretó en otra cosa.

-Explíquese.

-Quería plasmar una imagen en el salar de Uyuni, un desierto de sal que en la época de lluvias puede tener dos centímetros de agua lo que convierte en un espejo. Quería una fotografía de noche en la que se reflejara las estrellas por lo que parecería que caminaría sobre las estrellas, pero me fue imposible tomarla. Opté por plasmar las experiencias que tenía al conocer a la gente local y descubrir sus problemas. Fui tratando de buscar una fotografía que los muestre con dignidad, que refleje su situación real de pobreza, pero de unos principios de felicidad tremenda.

-¿Cómo se aproxima a la gente?

-Yo trato de fotografiar a "amigos". Normalmente cuando llego a un lugar estoy tres o cuatro días interrelacionándome con la gente y luego ya fotografío. En las celebraciones de los días de muertos, era el único extranjero que estaba allí. Pasé unos días hablando con ellos, les expliqué que quería conocer sus tradiciones y luego saqué la cámara, lo que a veces hace que la relación cambie. No obstante, los bolivianos fueron muy abiertos y se abrieron mucho.

-El libro también recoge la labor de una ONG.

-Me interesaba conocer el trabajo sobre el terreno de una ong y antes de ir contacté con una que tenía una misión desde hace 40 años. Al llegar a Bolivia tras avanzar en el viaje tuve que elegir entre montaña y selva. Opté por la montaña, me presenté en Cochabamba y me presenté en la misión de Proclade Yanapay y estuve un mes rotando entre los lugares donde trabajaban. Ellos me abrieron muchas puertas porque llegaba con una ong que era muy importante y hasta el propio alcalde de Torotoro se interesó por saber quién era yo. De hecho, la foto de portada es un momento en el que a ese pueblo fue Evo Morales y el alcalde me "coló" y pude hacerle una fotografía.

- ¿Cuántas fotografías reúne?

-A lo largo de las 120 páginas hay unas 80 en color, aunque la portada sea en blanco y negro. El libro está dividido por capítulos. El primero está dedicado a las celebraciones de los muertos, que a mí me interesan mucho, el segundo está centrado en la labor de Proclade Yanapay. La tercera parte la integran gentes y paisajes, donde aparecen las fotografías de la gente que me encontré en los pueblos o del salar de Uyuni, y el último capítulo son las imágenes de la mina de Cerro Rico de Potosí, donde los niños empiezan a trabajar con 15 años, aunque su cabeza es como un joven de 25 años de aquí. Son unas minas explotadas desde los incas que ahora se trabajan en régimen de minicooperativas.

-Y ¿cómo se acercó a los mineros?

-Cerro Rico es visitable para generar recursos económicos. Hice una de las visitas y contacté con un guía con el que tuve más relación durante dos días. Él me llevó a mineros concretos y pasé un tiempo con cada uno mientras que trabajaban y luego sacaba la cámara.

-¿Sus imágenes son fotografía social o de denuncia?

-Son una mezcla, son mías (risas). He aprendido de la fotografía social que tiende a que una edición que hace que sean visualmente atractiva. En el momento de encuadrar algo hay de eso, pero para mí la edición es completamente distinta, trato de hacerla realista, por lo que sería más periodística. Cuando retrato a esas personas que están en situaciones de extrema pobreza, pero son felices yo fotografío lo que hay tanto la belleza como la dureza. La luz, muy clara, es la clave de mis trabajos. Es una fotografía muy momentánea, aunque en el libro hay dos personas que me pidieron que les retratase.

-El objetivo de su trabajo es...

-Busco que mis fotografías hagan reflexionar a la gente y en los textos se invita también a pensar sobre la situación que vivimos aquí que comparada con otras personas hace que seamos privilegiados, se reflexiona sobre las libertades o sobre la importancia de las relaciones sociales.

-Los textos del libro ¿de quién son?

-Son míos igual que la edición y la maquetación. Un libro de fotografías es complicado que vea la luz en Zamora porque económicamente cuesta cuatro veces más que uno convencional y en Zamora hay muchos fotógrafos, pero no existe la tradición de publicarlas. Además, no hay profesionales que hagan el tipo de fotografías que hago yo. Tras la presentación "Potosí' estará a la venta en Semuret.