El Partido Socialista ha sido el ganador de las Elecciones Generales en la provincia de Zamora. Lo ha sido, además, con suficiencia. Con más de 11.500 votos a su favor, los de Pedro Sánchez han convencido a más del 31% de los votantes de la ciudad. Las comparaciones con los resultados del año 2016 evidencian que el PSOE se fortalece. Los socialistas ganan un diez por ciento de apoyos y casi tres mil votos con respecto a las elecciones de hace tres años.

Como a nivel provincial, el PSOE se apoya en dos factores para sustentar su victoria en Zamora. Primero, en la elevada participación, que en la ciudad ha rozado el 75% por primera vez en más de una década. La afluencia a las urnas fue un cinco por ciento superior a la de hace tres años. Segundo, la unificación del voto de la izquierda. La escalada del PSOE no puede explicarse sin el derrumbe de Unidas Podemos, que se deja cerca de la mitad de los votos en la ciudad, donde su opción política ha convencido a poco más del diez por ciento de los electores. Entre ambos, suman algo más del cuarenta por ciento de los apoyos.

El castigo que los votantes de la capital han infringido al Partido Popular es más que abultado. Los populares caen del 42% de los votos de hace tres años a algo más del 24%. En tres años, los de José María Barrios, que este año no han desplegado una campaña electoral como en ocasiones anteriores (aunque hayan contado con la presencia de Pablo Casado) se han dejado la friolera de 6.000 votos. Obvia decir que es la caída más importante de las que se han registrado en la ciudad.

Como sucede con el PSOE, para explicar la debacle del Partido Popular hay que tener en cuenta la movilización del llamado "voto de izquierdas" y, además, la dispersión del sufragio entre las distintas opciones conservadoras. El PP se descalabra mientras sube Ciudadanos y mientras Vox adquiere cierta representación en la capital.

El partido naranja gana representación entre los electores de la ciudad. Pasa del 13,91% al 19,60% de los votos y es tercera fuerza (durante muchos minutos, sobre todo al principio del recuento, el partido naranja superaba al Partido Popular, "sorpasso" que luego no se consumó). Con 7.300 votos, la candidatura liderada en Zamora por José Antonio Bartolomé, mejora en mucho sus resultados.

Vox aparece en la lista como la cuarta opción de los votantes de la capital. La formación de ultraderecha ha convencido a más de 4.300 votantes con un candidato para muchos desconocido y con una campaña en la que, exceptuando la visita de Rocío Monasterio, el partido ha pasado muy desapercibido. Con todo, el 11,46% de los electores de la ciudad han dado su apoyo a la formación liderada a nivel nacional por Santiago Abascal. Como ha sucedido a gran escala, Vox no consigue en Zamora los resultados que esperaba.

Unidas Podemos, que fue tercera fuerza política en la ciudad hace tres años, es ahora la quinta alternativa de los votantes. La búsqueda del voto útil de la izquierda en el PSOE ha desinflado a la formación morada, que se lleva un severo correctivo al pasar del 18,46% a poco más del diez por ciento de los votos. Alejandro Rodríguez, que lideraba la lista de Unidas Podemos al Congreso, ha convencido a menos de 4.000 votantes de la capital.

Los socialistas fueron también la opción preferida por los electores a la hora de introducir la papeleta para la Cámara Alta. José Fernández, alcalde de Puebla de Sanabria y primer nombre en la lista del PSOE para el Senado, fue el candidato más votado por los electores de la capital zamorana. Fernández registró unos resultados mucho mejores que los de sus compañeros de papeleta, pues sacó casi mil votos más que Luis Malmierca, tercer nombre de los socialistas. Después de los tres senadores del PSOE aparecen los tres nombres del PP, aunque no en orden. Fernando Martínez Maíllo ha sido el que más apoyos ha recibido, seguido de Clara San Damián, que iba de número tres. José María Barrios tiene menos votos que San Damián. No es la primera vez que la popular tiene más votos que un compañero que iba por delante de ella en las listas, ya lo hizo hace tres años con Dionisio García Carnero.