Fue un día tan primaveral como tranquilo. Las elecciones generales rompieron la rutina de los pueblos, ayer más animados debido al buen tiempo de un fin de semana de primavera, que muchos aprovechan para desplazarse desde la ciudad. En general los electores acudieron mayoritariamente por la mañana a votar y si hay una hora punta es a la salida de la misa, en los pueblos donde toca porque muchos ya se ven privados del servicio dominical por falta de curas.

Entre las pequeñas incidencias destacar el caso de la presidenta de la mesa de Almeida de Sayago que, a pesar de encontrarse indispuesta por fiebre, continuó en su puesto. Y en Villardeciervos, a las siete de la tarde del sábado se tuvo constancia de unas pintadas en la entrada del antiguo colegio electoral. Tras comunicárselo al alcalde, hora y media después el personal del Ayuntamiento las retiró.

Las mesas electorales en los 28 municipios de la comarca de Sanabria y Carballeda se constituían sin ninguna incidencia, en una jornada electoral tranquila que amaneció con tres grados escasos de temperatura. A las ocho en punto en la Plaza Mayor de Puebla esperaban los nominados para presidir y estar como vocales los ciudadanos elegidos.

Los miembros de la Junta Electoral de Zona comunicaban a la Audiencia una apertura de urnas sin problemas y con contadas llamadas de teléfono al juzgado para consultar aspectos de poca notoriedad como si algún exconcejal podía estar de miembro de mesas. Pocos apoderados de partidos en unas elecciones de relativa poco trascendencia local, a la espera de las elecciones municipales del 26 de mayo. La España olvidada en estas elecciones tiene más representantes sanabreses que nunca, con tres aspirantes a las Cortes, Congreso y Senado. La candidata más madrugadora de la mañana fue María Remedios Fernández Pomeda, tercera en la lista de diputados del PSOE, que votó a las 10 de la mañana en la mesa electoral instalada en el salón de la Juventud de Villardeciervos.

El segundo candidato sanabrés que pasó fue por las urnas fue Alejando Fernández García, tercero de la lista al Congreso de los Diputados de Unidas Podemos por Zamora. Poco antes de las 10,30 de la mañana votaba en la mesa del municipio de Cobreros, donde los electores accedían con cuentagotas a primera hora de la mañana. La anécdota curiosa es que su padre ejercía de apoderado del PP.

El senador del PSOE y candidato número uno a revalidar el cargo en estas elecciones, José Fernández Blanco, introducía sus votos poco después de las doce en la mesa B de Puebla de Sanabria, en unos momentos en los de mayor afluencia a las urnas, coincidiendo con la celebración de la misa.

De la veterana Pascuala al pequeño Ismael

Algunos niños se estrenaban en la democracia introduciendo el voto de sus progenitores en la urna. La fiesta de la democracia en la comarca tuvo una nota triste con la despedida del que fuera concejal socialista en el municipio de San Justo, Julio Aranda Llobregat, fallecido a los 59 años y que ayer recibía el homenaje póstumo de familiares, amigos, vecinos y compañeros del PSOE. El exconcejal fallecía tempranamente aquejado por una grave enfermedad.

En la comarca de Aliste, la romería de la Luz, en Moveros, adelantó el desplazamientos de muchos electores que prefirieron cumplir con el voto antes de acudir a la fiesta transfronteriza. En otros casos era por obligación, como el de Pedro Iglesias, inspector jefe de la Policía en Alcañices, que votó antes de ir a la romería.

Ni en Alcañices ni en ningún otro pueblo hubo incidentes que resaltar. Si salirse de la comarca, este año se echó de menos en su cita con las urnas a Pascuala Bermúdez Ratón que a sus 107 años esta vez votó por correo.

De los mayores a los más pequeños. En Moreruela de Tábara el pequeño Ismael, con solo 8 meses, fue protagonista de la jornada electoral ya que su madre, María Pedrero, era presidenta de mesa y para no ausentarse de su obligación se llevó a su hijo el tiempo suficiente para darle de mamar.

En Sayago fue una jornada también de tranquilidad, incluso en los pueblos más pequeños los vecinos habían depositado el voto por la mañana, aunque la obligación de mantener los colegios abiertos hasta las ocho de la tarde, obligaba a esperar para comenzar el escrutinio a esa hora. En Fermoselle el más madrugador en la mesa del Ayuntamiento fue el teniente de alcalde, Manuel Moya, quien inauguró la urna con su voto. Tras la primera oleada temprana, la salida de la misa reunió a muchos electores. Porque en la villa todavía hay misa los domingos.