El plan de liberación de la muralla iniciado bajo el mandato de Izquierda Unida afronta desde la jornada de hoy su última fase con el comienzo de los trabajos previos para el derribo del número dos de la Bajada de San Martín. Se trata del primer edificio que se echará abajo en esta vía y tiene la particularidad de albergar techos de uralita que contienen amianto, por lo que su destrucción ha de ser cuidadosa y con una empresa especializada. El Ayuntamiento de Zamora ha decidido posponer esta actuación hasta la finalización de la Semana Santa, dado que se encuentra en una zona potencialmente visitada durante los días de Pasión. Una vez derribado este edificio, tan solo restaría por intervenir el de la avenida de la Feria número 11 para concluir los objetivos marcados por el bipartito desde el pasado año 2015.

Las actuaciones en Bajada de San Martín comenzarán en el día de hoy, aunque eso no quiere decir necesariamente que los zamoranos vayan a ver despejado este tramo con celeridad. Antes de que la excavadora entre en juego se debe vaciar el edificio por dentro y retirar los elementos de uralita que contienen amianto, algo que es precisamente lo que hace más delicada la intervención. Se trata de un inmueble de pequeñas dimensiones si se tiene en cuenta la envergadura de los que ya fueron echados abajo y lo que queda por delante, aunque el Ayuntamiento de Zamora extremará las precauciones para que toda la obra se desarrolle según los cauces de seguridad previstos dentro de los planes que previamente han sido aprobados como dicta la normativa para este tipo de supuestos.

Al derribo de este inmueble se le ha de sumar, en próximas semanas, el de la avenida de la Feria número 11. Las previsiones lanzadas por Francisco Guarido dicen que esta obra no se acometerá nunca antes de finales de mayo, prácticamente coincidiendo con el periodo electoral. La gran dimensión del inmueble supondrá una dilatación en el tiempo; no en vano, el plazo de ejecución de este derribo será de tres meses y su coste de unos 170.000 euros. Una vez se materialice, el objetivo del Ayuntamiento de Zamora es crear un ambiente propicio para la observación de este entorno de muralla, que quedará despejada por aproximadamente 200 metros diáfanos. "Queremos materializar un proyecto de ajardinamiento bonito, especial. Que no contemple solo el césped y cuatro flores, sino que el jardín interconecte de alguna manera con la muralla para crear algo más", ha señalado el alcalde, Francisco Guarido.