Si Fagúndez y Guarido hubieran sabido hace unas semanas el tiempo que iba a hacer en la madrugada del Viernes Santo seguramente se hubieran ahorrado la polémica que este año ha envuelto al siempre controvertido botellón del parque de San Martín. El mal tiempo, con lluvia intensa en muchos momentos, se tradujo en la asistencia de unas decenas de jóvenes a una zona que otros años ha acogido a miles de personas. Los asistentes se refugiaron de la lluvia debajo de los árboles, cerca de las viviendas y locales situados enfrente del parque y algunos, incluso, llevaron chubasqueros para que la lluvia no calase.

La menor asistencia se tradujo en más tranquilidad para los vecinos de la zona y en menos trabajo para los efectivos de los servicios de limpieza y de parques y jardines del Ayuntamiento de Zamora, que pese a todo estaban puntuales -a las seis de la mañana unos y a las ocho los otros- para dejar el parque en perfecto estado. La lluvia apagó el fervor de una de las noches más movidas del año en Zamora, lo que redujo los incidentes a un coma etílico y dos incidentes sanitarios más. "Ni peleas ni vandalismo", apuntan desde el Ayuntamiento.

Por otra parte, el servicio de Tráfico de la Guardia Civil de Zamora realizó durante la madrugada y mañana del Viernes Santo más de 750 controles de alcoholemia, según la información extraoficial a la que ha tenido acceso este diario. De ellos, alrededor de una decena resultados positivos. También dieron positivo por drogas seis conductores.