Con el cierre de la Semana Santa arranca la recta final de la campaña. A partir de mañana, los partidos tendrán cinco días, de lunes a viernes, para conservar la confianza de los convencidos y atacar el espacio de los indecisos, multitud antes de unos comicios que se aproximan sin que nadie sea capaz de establecer pronósticos demasiado fiables. Tampoco en Zamora, donde los candidatos tendrán que acelerar para cumplir sus objetivos después de una Pasión en la que muchos ciudadanos han permanecido totalmente ajenos a la política.

En consonancia con ello, el Partido Popular ha respetado el espacio de las cofradías y tan solo ha aparecido en escena detrás de los pasos y en alguna visita a la provincia previa al Jueves Santo. La formación más votada en la circunscripción durante los últimos treinta años afronta ahora una campaña a toda velocidad, en la que tiene la misión de reafirmarse como hogar principal del sufragio de derechas y dique contra los escaños del socialismo.

Para ello, el PP pondrá su maquinaria a funcionar ya desde mañana. El partido prepara un acto importante de campaña, con la visita de uno de sus hombres fuertes en Europa. Además, se prevé que refuerce la presencia en las calles de sus cabezas de lista con el fin de conservar dos de los tres diputados y tres de los cuatro senadores, un resultado amenazado por los dos flancos.

En el de la izquierda aparece como gran competidor el PSOE. El arrastre nacional ha impulsado a los socialistas en la provincia, y la presencia en el Gobierno ha servido para que la organización monte una campaña ambiciosa en Zamora. El partido sí ha aprovechado la Semana Santa para seguir buscando el voto, con la vicepresidenta Carmen Calvo y la ministra de Turismo y Comercio, Reyes Maroto, en la capital.

De cara a lo que viene, los socialistas tratarán de mantener un ritmo alto de actividad, con la presencia en Villalar el martes y otro acto importante el jueves, ya en Zamora. El PSOE parece tener asegurado un diputado y un senador por la circunscripción, pero la posibilidad de batir al PP aparece en el horizonte, por muy difícil que resulte la remontada. Con esa meta trabajan los responsables locales, mirando de reojo, como todos, a lo que haga el líder nacional en su favor o en su contra.

También en la izquierda, Unidas Podemos deberá apurar sus opciones de remontada. Lo que en 2015 y 2016 era una alternativa real al bipartidismo en Zamora, ahora se antoja como una opción más remota. La coalición tendrá que seguir con una campaña sin apoyos nacionales en forma de aparición física en la provincia, y con Izquierda Unida completamente ajeno a lo que suceda. Las mesas informativas y las visitas a los pueblos constituirán la rutina de los morados en esta última fase.

Mejores previsiones tiene Ciudadanos. La formación naranja inició la campaña en la provincia con la energía que le dio la macroencuesta del CIS. Según esta previsión, su candidato, José Antonio Bartolomé, entraría en el Congreso como diputado nacional, algo que supondría un resultado óptimo para una formación que acaba de superar un terremoto interno y que pelea en inferioridad de condiciones a nivel de recursos, especialmente en circunscripciones como la de Zamora.

La visita exprés de Inés Arrimadas reforzó el apoyo de la dirección nacional a los candidatos, que tienen ahora el plan de pelear para llevarse votos a izquierda y a derecha, y especialmente para confirmarse como alternativa al Partido Popular. El objetivo claro, ser terceros y conseguir la mitad más uno de los sufragios que logre el ganador en la provincia. Con eso, Bartolomé iría al Congreso.

El problema para naranjas y populares es Vox, que también aspira a llegar a ese tercer diputado desde la nada y que, sin demasiadas apariciones hasta la fecha, más allá de la visita de Rocío Monasterio, también tendrá algo que decir antes del 28 de abril.

Todo ello en una recta final en la que seguirá hablándose, y mucho, de despoblación, el tema estrella, en Zamora, de una campaña que ya pasa el ecuador. Queda la traca final antes de que los ciudadanos decidan en las urnas.