La imagen de un agente de policía, ya sea vestido de gris, de marrón o de azul dependiendo del momento, que iba apartando a la gente unos metros antes de la llegada de Barandales y de los cofrades para que pudiera pasar la procesión la tienen en su retina generaciones y generaciones de zamoranos. Y es que la relación la Policía Nacional con la Semana Santa de Zamora se remonta a varias centurias atrás, una vinculación que hoy tiene su reconocimiento en la entrega del Barandales de Honor, la máxima distinción que otorga la Junta pro Semana Santa.

La Policía Nacional desde su creación por Fernando VII en 1824, a través de la Real Cédula de ese 13 de enero, encomienda, entre otras tareas, "cuidar de que no se turbe el orden en las fiestas, ferias mercados y reuniones públicas de cualquier especie" garantizando así la seguridad pública en las capitales de la provincia bajo la denominación de Policía General del Reino. Desde entonces hasta el momento actual, bajo diversas nomenclaturas, los agentes han velado por la seguridad y la protección durante los días de la Pasión.

No obstante, su presencia la sitúa el historiador Florián Ferrero muchos años antes, dado que el monarca Carlos III eliminó los grupos que «se caracterizaban como militares» y en las Reales Ordenanzas, en el año 1768, fijó que en «toda procesión de imagen de Santísimo Cristo, la Virgen u otro santo» las fuerzas militares que cada lugar tenían que hacer el Viernes Santo y el Corpus un cordón por donde pasaba el desfile y las unidades libres tenían que ir detrás de la procesión y dar escolta a los pasos. El historiador de la Real Cofradía del Santo Entierro ahonda que cuando la presencia militar en Zamora comenzó a mermar tomaron el testigo de la escolta de seguridad la Policía Nacional y la Guardia Civil.

En tiempos más cercanos fotografías realizadas en la primera mitad del siglo XX, localizadas gracias a la labor de recopilación de material gráfico que han iniciado desde la Policía Nacional de Zamora con el deseo de documentar la presencia de agentes en la Semana Santa que quizá puede materializar es una exposición, permiten confirmar la presencia de agentes en labores de seguridad cerca de pasos como La Agonía en la zona de Tres Cruces, con el Yacente, La Borriquita o bien la Virgen del Encuentro.

En la actualidad al trabajo de seguridad, muchas veces de paisano y redoblado en estas fechas, y de apertura del cortejo se une la fuerte presencia en el desfile de la Real Cofradía del Santo Entierro. Alrededor de 50 estudiantes de la Escuela Nacional de Policía (Hermano de honor del Santo Entierro desde 1998) escoltan a Conducción al sepulcro y a San Juan y la Virgen y entre medias desfila un piquete integrado tanto por alumnos de Zamora como de otros puntos "debido a la alta demanda por parte de los estudiantes" atestiguan fuentes la Policía. "Representas a la Policía y formas parte de algo histórico que vives desde fuera y para mí que no formo parte de ninguna cofradía fue una gran satisfacción. Te sientes parte de la Semana Santa", testimonia la inspectora encargada de Prensa, Paloma Villalba quien año atrás escoltó a dos pasos, mientras que su compañero el semanasantero y oficial destinado en Zamora en Participación Ciudadana, Juan Carlos Vara, certifica, tras su experiencia, que "unes dos pasiones. Consigues entrar en la Policía que no es fácil y participas actividad que sientes muy intensamente" explica el oficial encargado de Participación Ciudadana.

Entre los agentes se palpa "una satisfacción" por el premio porque "toda la plantilla se implica en la seguridad y se redoblan esfuerzos en estas fechas" certifican.

La Policía Nacional, una parte más del pasado y presente de la Semana Santa.