¿Quién era Lobo? "Llevaba en el alma la piedra, la forma, los niños, la maternidad, el mar, la fiesta...", el compromiso social y político. Y lo trasladó magistralmente a su obra, "con esa pureza que viene del arte arcaico griego". Juan Manuel Bonet, el crítico de arte y literatura, parte de esa visión del insigne hijo de Cerecinos de Campos para desarrollar un diseño museístico destinado a que fluya el diálogo entre artista y espectador. El Museo Lobo, ideado para ocupar el antiguo ayuntamiento de Zamora, conduce al visitante de la mano del Lobo artesano, el de sus primeros años de creación, al imaginero que le sucedió y que supo trascender las fronteras de ese hacer para modelar al inmenso escultor, al "artista universal" en que se convirtió, presente en Francia, Praga, Zúrich, Bruselas, Luxemburgo, Caracas o Tokio tras beber de los grandes en Madrid y París, de los que fueron sus amigos, como Pablo Picasso o Avic Longance.

El recorrido por su trayectoria vital y artística sobre peanas, resguardado en vitrinas o colgado de la pared coloca al visitante frente a frente con el hombre, con el anarquista "muy activo políticamente" que colabora con ilustraciones gráficas y carteles en las publicaciones de la organización anarco feminista Mujeres Libres en la que está su compañera de vida, Mercedes Comaposada Guillén, clave en su existencia, como lo hace también con su amigo escritor Juan Díaz Caneja en otras de tinte comunista, apunta Bonet. La programación del Museo incorporará exposiciones y actividades entorno a todas esas relaciones personales y artísticas de Lobo para dar vida al centro.

Y, por supuesto, el espacio museístico descubre al escultor "de extraordinaria pureza, con capacidad para desarrollar proyectos de altura"; al "hombre humilde que empieza como artesano, más que artista, volcado en la imaginería en los primeros años"; y al estudiante en la Escuela de Bellas Artes de San Fernando en el Madrid de los años 30 de siglo pasado, donde se impregna del ambiente artístico y literario de la época. El Lobo de los primeros años deja paso, "poco a poco", al que crecerá con la modernidad para ser uno de los referentes de La Escuela de París, "salvado por Picasso y apoyado por Longance", apunta el exdirector del Museo Reina Sofía.

Más de 500 metros cuadrados para conversar sobre todos esos aspectos con el artista a través de sus 230 obras, para desgranar la existencia intensa de un zamorano expulsado de su tierra por la Guerra Civil, "del hombre que pasa por los campos de concentración" franceses, que expone ya en los años 40 "en espacios muy potentes; de uno de los 46 artistas republicanos exiliados en París que exponen en Praga, donde causan impacto y dejan muchas obras". Todavía tendría que esperar a los años 60 para exponer en su país y a los 80 para llegar a Zamora.

En el sótano del Museo Lobo, donde se creará el "laboratorio Lobo" visitable, se ubican entre 600 y 700 piezas del almacén -situado hoy en el Museo Provincial-, que rotarán para mostrarse en las salas del inmueble. El balcón del ayuntamiento viejo se convertirá también en una galería. Y se recuperarán las pruebas de "uno de los mejores monumentos a la resistencia que existen en Francia, el de Annecy", que creó por encargo del gobierno republicano español en recuerdo a los españoles muertos por la liberad en las filas del ejército francés. Sus pruebas en escayola pasarán a mostrarse al público por primera vez en una sala de exposiciones.