La Hermandad Penitencial del Espíritu Santo sobrecoge a Zamora con su sobriedad. El tañir del campanil, el aroma a incienso y los cantos del coro transportan la mente a un estado de recogimiento y austeridad que tanto casa con la idiosincrasia de la Semana Santa de Zamora. El Viernes de Dolores es de estameña blanca y absoluto respeto.