La Fiscalía Provincial está a la espera del informe de la necropsia del perro al que estaba devorando uno de los 36 canes de caza mayor rescatados con enfermedades y famélicos de una finca situada en Valdeperdices, un informe que servirá para concretar la imputación del dueño por maltrato animal, delito que se vería agravado si el perro murió por inanición, antes de ser atacado por el resto. La jauría fue intervenida por la Guardia Civil tras una denuncia de la Protectora de Animales Scooby el 17 de junio de 2018, cuando los agentes del Seprona que evacuaron la finca localizaron el cadáver del perro sin parte de tejido superficial e interno, ya que había sido comido, al menos, por uno de los canes, según las primeras impresiones. El abandono de los animales, la mayoría con chips identificativos, era tan extremo que guardias y voluntarios de la Protectora localizaron a un galgo, casi en los huesos, comiendo al perro muerto, mientras otros rodeaban el cadáver. El informe veterinario servirá para determinar si la muerte del animal fue natural o provocada por el absoluto abandono en el que se encontraba la explotación o por el ataque del resto de perros, debido a la hambruna que sufrían cuando el Seprona acudió al recinto para recogerlos. Las conclusiones serán decisivas para determinar si el propietario de los perros, de iniciales J.G.M., natural de una localidad de Tierra del Vino y con antecedentes penales, es responsable de la muerte del can, lo que agravaría las posibles penas a imponerle. Fue condenado ya por el Juzgado de lo Penal por la muerte de un perro alano de un tiro en la montería realizada en Faramontanos de Tábara el 13 de octubre de 2015, si bien la Audiencia Provincial le absolvió por falta de pruebas irrefutables.

La Fiscalía especializada en delitos de medio ambiente dispone ya del resultado de los exhaustivos exámenes perpetrados a los canes utilizados para monterías (galgos, podencos o grifones), que se hallaban en una nave medio derruida de la localidad de Tierra del Pan, todos afectados de desnutrición y otras dolencias, entre ellas la provocada por las garrapatas, de acuerdo con la información a la que ha tenido acceso este diario. El informe clínico elaborado por Scooby incluye un amplio chequeo para detectar las patologías que pudieran sufrir los perros tras vivir hacinados y en pésimas condiciones higiénicas y de alimentación. Hubo que someterles a una "desparasitación interna y externa", algunos sufrían una "desnutrición severa", con un aspecto famélico que puso en duda su supervivencia. Otros, fueron tratados de heridas y presentaban evidentes signos de maltrato, según el atestado del Seprona. Fueron dos ciudadanos que caminaban por el embalse cercano los que escucharon aullidos que procedían de la finca y decidieron llamar a Scooby, que mandó a socios hasta el lugar y se encontraron con 39 animales de distintas razas "abandonados y en condiciones deplorables, en una instalación derruida y en peligro de derrumbe", situación que denunciaron a la Guardia Civil. El Seprona acudió al lugar el mismo día y localizó a canes "sueltos, sin comida y agua", según su informe, con gran cantidad de "parásitos, principalmente, en cabeza y orejas".

El recinto no disponía de protección, ya que tenía partes desplomadas que dejaban a los animales "expuestos y a expensas de condiciones climatológicas adversas". La nave estaba en condiciones higiénicas deplorables, con "gran cantidad de excrementos", "restos de basuras", y los escombros del techo que se había caído, además de desechos de medicamentos y utensilios.