"Nosotros, los alumnos del colegio Medalla Milagrosa, estamos muy preocupados por la causa del medio ambiente, nuestro planeta está en serio peligro y nos jugamos el futuro y nuestra vida". Así comenzaba el manifiesto que ayer leyeron los estudiantes de este centro educativo en plena Plaza Mayor, autoproclamados patrulla Eco dentro del proyecto educativo que están desarrollando en el aula y que les ha hecho salir a actuar a la calle.

"Estamos tan preocupados que el lunes salimos a ser testigos de lo que sucedía en nuestra ciudad y lo que nos encontramos no nos gustó nada", lamentaron, para, a continuación, enumerar con lo que se habían topado en la ciudad: "el uso del transporte en Zamora es totalmente inadecuado en una ciudad pequeña como la nuestra; también nos alertó los residuos que nos encontramos en el suelo, como cacas de perro, plásticos, chicles y colillas, que tardan hasta diez años en desintegrarse", alertaron. "Descubrimos que nuestras paredes están llenas de pintadas y firmas, tanto en lugares públicos como en fachadas de casa y consideramos que es una falta de respeto", añadieron.

Tras la lectura en público, una representación de estos alumnos subió al Ayuntamiento para entregar el manifiesto con sus reivindicaciones al alcalde de la ciudad, Francisco Guarido, para arrancarle el compromiso institucional de que se pondrán en marcha medidas municipales para ayudar a cuidar la ciudad y el planeta.

"Todo esto tiene que cambiar, es hora de que tomemos conciencia, que empecemos a tomarnos en serio esta situación y asumamos nuestra responsabilidad", subrayaron en su manifiesto. Para ello, ofrecieron algunas pautas como utilizar el transporte público, compartir vehículo privado, "tomarse en serio" el reciclaje, respetar el mobiliario urbano o no tirar nada al suelo.

"La idea es sensibilizar a todos los ciudadanos zamoranos, porque es cierto que tenemos una ciudad preciosa para vivir, pero la cuidamos muy poquito", apuntó Verónica Zamora, directora pedagógica de Secundaria del centro.

De esto se han ido dando cuenta los alumnos a través de las salidas que han realizado en estos días a la ciudad, donde han comprobado diferentes realidades, desde el tráfico hasta el cuidado de los espacios públicos y las zonas verdes, pasando por el reciclaje en contenedores o las pintadas que aparecen en el patrimonio. "Han realizado un análisis de la realidad para confeccionar después este manifiesto, que quiere ser una llamada a los ciudadanos para que, entre todos, ayudemos para cuidar nuestra ciudad y, por extensión, nuestro planeta", indicó la orientadora.

Este escrito ha descubierto la "gran sensibilidad" que tienen los más pequeños del colegio, encargados de su elaboración. "Han llegado a la conclusión de que los mayores estamos haciendo las cosas muy mal y que tienen que pedirnos ayuda para que esto cambie poco a poco", indicó Zamora. Un cambio que tiene que irse ampliando desde el contexto más cercano hasta lo más global.

El proyecto educativo finaliza hoy en las aulas, donde serán los propios estudiantes quienes evaluarán su actuación durante estos intensos días y valorarán en qué medida deben cambiar sus hábitos personales para seguir garantizando un entorno habitable.