Hace más de 30 años que la residencia María Dolores de Pozoantiguo, a tan solo cinco minutos de la localidad de Toro, trabaja en la ayuda asistencial y personal a los mayores.

Ofrece un ambiente tranquilo y relajado en un entorno rural, una atención permanente y un trato familiar y cercano.

María Dolores es una residencia pequeña, que cuenta con 36 plazas y con habitaciones amplias y luminosas. Residen en el centro principalmente personas procedentes de Pozoantiguo y de otros pueblos de alrededor.

En el centro trabaja una docena de profesionales, algunos de ellos ligados a la residencia desde sus inicios o con muchos años dedicados profesionalmente a ella. El objetivo del equipo es dar un trato cercano y humano a los usuarios.

Cuenta el centro con auxiliares, enfermera y terapeuta ocupacional, con la que los mayores realizan manualidades, gimnasia y actividades para ejercitar y mantener la memoria.

Los profesionales de la residencia se encargan también de tramitar la Ley de Dependencia y de trasladar a los residentes a las consultas médicas.

En la residencia de Pozoantiguo, que está ubicada en el centro del pueblo, la filosofía es que los mayores tengan calidad de vida, total libertad en su día a día y un proyecto de vida. Por este motivo, los residentes válidos hacen su vida en el pueblo, salen de paseo y van al bar o al Club de los Jubilados, que está muy próximo a la residencia.

Los mayores también están integrados en la vida cultural y social de la localidad y participan en las actividades que se realizan, por ejemplo, con motivo de las fiestas.

Con un patio de 1.400 metros cuadrados que permite pasear en el buen tiempo y hacer actividades en el exterior, las instalaciones se caracterizan por no tener horarios de visita y por ofrecer libertad y flexibilidad a las familias para ver a sus mayores.