"Recomendaciones saludables contra la hipertensión" fue el título de la conferencia que desarrolló ayer en el salón de actos del Campus Viriato el profesor de la Escuela de Enfermería de Zamora Jesús Gallego García, dentro del ciclo de charlas de CulturAlcampus dedicadas a la difusión de la salud para todos los públicos.

-¿Sabe realmente la población en qué consiste la hipertensión y qué problemas puede acarrear?

-La mayor parte de la gente sabe que ser hipertenso es tener la tensión alta y que eso no es bueno. Sin embargo, muy pocas personas son conscientes de que ser hipertenso conlleva una serie de problemas y de riesgos importantes para la salud. A mayor presión arterial mayor es el riesgo de sufrir enfermedades vasculares tales como un infarto agudo de miocardio, un ictus cerebral o una enfermedad renal. Actualmente, los expertos consideran que la tensión es alta, si está por encima de 130/80 mm/Hg. Hay que aclarar que para considerar que una persona es hipertensa debe tener la tensión alta durante un cierto periodo de tiempo y que una sola toma apenas significa nada, pero puede ser un signo de alarma que debe ser controlado por su médico o su enfermera.

-¿A qué parte de la población afecta más esta dolencia?

-En general, la presión arterial aumenta con la edad. Un alto porcentaje de las personas mayores de 50 años tienen la tensión elevada. Sin embargo, este límite de edad se va reduciendo por condicionantes externos, de tal forma que personas de 30 o 40 años empiezan ya a ser hipertensos. En la sociedad de la abundancia en que vivimos, una mala alimentación puede precipitar la subida de la presión arterial o incluso cronificarla. El abuso de la comida rápida, de los alimentos ricos en sal e incluso muchos precocinados y conservas influyen en la elevación de las cifras. Generalmente, estos hábitos se unen a una vida sedentaria y a la obesidad, que también suman.

-¿Quiénes son más propensos a tener problemas de hipertensión?

-Los candidatos con más posibilidades de sufrir la denominada hipertensión esencial son personas con edades superiores a los 40 años, que además sean obesos, con el colesterol elevado, fumadores y que tengan una vida sedentaria. Otro grupo está constituido por quienes padecen diabetes, enfermedad renal o enfermedades endocrinas y estrés continuado, entre otras.

-¿Cuáles son los síntomas de alarma para acudir al médico?

-El problema que tiene el diagnóstico de la hipertensión es que, en general, la subida de la tensión no se nota y los pacientes no presentan síntomas. Solo en algunos casos puede aparecer un dolor de cabeza inespecífico, que podría indicar una posible hipertensión, pero a veces se debe a otros problemas. Tener una edad en torno a los 50 años, la obesidad, el estrés y la ansiedad, el ser fumador o el tener el colesterol elevado, serían algunos ejemplos para realizar un control de la presión arterial.

-¿Qué consecuencias puede tener no preocuparse por las alertas que ofrece el cuerpo?

-Si no hacemos caso de los factores de riesgo de los que venimos hablando, nuestra tensión se elevará sin que nos demos cuenta y las consecuencias pueden ser, en algunos casos, enfermedades graves que no avisan, como el infarto o el ictus.

-¿De qué manera se puede prevenir la hipertensión?

-Puede prevenirse en algunos casos o retrasar su aparición durante años, en otros, eliminando el tabaquismo de nuestras vidas, también mediante el ejercicio físico moderado y una alimentación sana, rica en frutas y verduras, legumbres, pescados, carnes magras, evitando las grasas saturadas y el consumo excesivo de sal.

-Y una vez que se sufre, ¿qué recomendaciones hay para solucionar o mitigar el problema?

-Cuando alguien es diagnosticado de hipertensión arterial, generalmente no hay vuelta atrás y habría que seguir un tratamiento médico de por vida. Las excepciones pueden ser personas con una enfermedad de base que la provoque y, si esta llega a curarse, se resolvería el problema. Sin embargo, para evitar que la tensión siga subiendo y pueda provocar complicaciones, hay que recalcar que el estilo de vida debe cambiar también, introduciendo hábitos más sanos.

-¿Qué es más importante, la alimentación, la actividad física...?

-La alimentación sana y la actividad física deben ser dos amigas inseparables para mantener los límites de la tensión a raya. Por otra parte, el tratamiento farmacológico es necesario en los casos donde no son suficientes las medidas dietéticas y el ejercicio físico, pero de ninguna manera puede transgredirse la dieta recomendada, si quieren obtenerse buenos resultados.

-¿Es un problema demasiado frecuente?

-La hipertensión es un problema de salud de primer orden en la sociedad actual. Se considera de tal magnitud que los expertos comienzan a considerarlo una epidemia. Un ritmo de vida que genera estrés y ansiedad, una sobrealimentación en los países desarrollados, el tabaquismo y el acusado sedentarismo son, además de los condicionantes genéticos, los factores de riesgo más frecuentes para que se produzca este problema de salud.