La Semana Santa coincide con la época más complicada a la hora de hacer predicciones meteorológicas, una primavera que se caracteriza por su constante alteración. "La inestabilidad atmosférica es muy elevada en estas semanas", subraya Rubén Fernández, profesor de Geografía en el campus de Ávila de la Universidad de Salamanca, quien participó en el ciclo CulturAlcampus del Campus Viriato con una conferencia titulada "El porqué de la inestabilidad atmosférica durante la Semana Santa".

En su charla, el profesor dejó claras las complicaciones que tiene el poder realizar una previsión meteorológica "precisa" durante cualquier época del año, "pero, sobre todo, en primavera, donde el tema se complica, al mezclarse masas de aire de diferentes temperaturas con diferentes cargas de humedad, lo que provoca que precipiten muy fácilmente", resume.La aparición de las diferentes masas de aire es la causante de esta habitual inestabilidad en esta época del año. "Aparecen las que proceden de la zona polar y se introducen en zonas más cálidas. Este contacto de masas de aire hace que las cargas de humedad que tienen las más cálidas precipiten", apunta.

Por ese motivo, además, es muy complicado precisar en qué punto exacto va a caer la posible lluvia. "Son fenómenos que se parecen a las tormentas de verano", compara el experto. Un ejemplo claro se dio precisamente en una Semana Santa que los más fervorosos recordarán, con aquel Jueves Santo en el que la lluvia "pilló de improvisto" a los congregantes cuando estaban en la Plaza Mayor. "Es muy difícil saber dónde va a caer el agua y más todavía en aspectos locales, tan centrados en una ciudad o lugar concreto", reconoce.

Por esas razones, Fernández apoya la medida tomada por la Junta pro Semana Santa desde hace algunos años de estar en permanente contacto con responsables de la Agencia Estatal de Meteorología (Aemet) a la hora de decidir si se sale o no en procesión. "Es la única manera de evitar realmente daños en el patrimonio de nuestra Semana Santa", apoya.

En este sentido, el profesor apuntó que este año la Aemet da la posibilidad de contactar con la agencia para ver qué puede pasar. "Está haciendo un análisis con radar, para saber si se acercan masas nubosas, cómo vienen cargadas y por dónde pueden pasar", resume, aunque asegura que a pesar de que la posibilidad de acercar se acrecienta con este sistema, "siempre pueden cambiar la dirección y precipitar antes de tiempo o retrasarse. Lo cierto es que todo es más complicado en este tiempo y la Aemet se enfrenta a un trabajo muy complicado", afirma.

Sobre si hay menos posibilidades de mal tiempo en marzo o abril -meses en los cae la semana de Pasión- el profesor apunta que "cuanto más avanzada esté la primavera, mayor estabilidad puede haber, porque las temperaturas también se van normalizando y ya no existen esos cambios bruscos a los que no tiene acostumbrados el mes de marzo, aunque es cierto que este año está siendo bastante extraño en este sentido", reconoce.

Con todo ello, insiste en que el momento más acertado para precisar una predicción en este mes es a pocas horas del evento. "Las teorías aseguran que el realmente fiable es el pronóstico de entre 24 y 48 horas. Aun así, esa fiabilidad en primavera puede variar y siempre es mejor hablar de porcentajes y probabilidades. Y todo lo que sea previsión de más de 48 horas se puede modificar fácilmente", advierte para finalizar.