El conflicto de la muralla en el parque de San Martín entronca directamente con la prohibición de realizar el botellón del Jueves Santo en este entorno. El concejal de Seguridad Ciudadana, Antidio Fagúndez, anunció a primeros del mes de marzo que razones de seguridad relacionadas con el estado del monumento impedían la celebración del evento en el lugar donde año tras año se reúnen más de seis mil jóvenes. No obstante, a día de hoy sigue sin haber una alternativa real para trasladar tal cantidad de personas en una noche en la que la ciudad llega a doblar e incluso triplicar su población.

El Ayuntamiento de Zamora se encuentra en la tesitura de que no puede actuar como promotor de una actividad ilegal y cualquier intento de trasladar el botellón podría considerarse como tal. Alternativas existen y alguna ya está sobre la mesa, como es la del aparcamiento de la Ciudad Deportiva, al igual que ocurre durante las noches de San Pedro. La diferencia es que lo de junio son conciertos o verbenas y esto una concentración de jóvenes, a priori, desorganizada. Aunque sean miles.

Con el informe de la arquitecta municipal en el que se dice que no hay peligro en San Martín, la razón principal de la prohibición se cae y la capital continúa con un problema de difícil solución.