La Virgen de las Espadas no fue, en ningún caso, obra de Ramón Álvarez. El delegado diocesano de Patrimonio, José Ángel Rivera de las Heras, ha negado cualquier participación del artista de Coreses en su creación, lo que deja en jaque a aquellos estudios en los que aparece como "atribuida" al zamorano. El experto ha conseguido documentar la adquisición de la figura en Barcelona en el año 1876, lo que la acerca a la Escuela de Olot. No obstante, el nombre del autor aún seguirá siendo desconocido.

La autoría de la Virgen de las Espadas, que desfila cada Viernes Santo en la Cofradía de Nuestra Madre de las Angustias, está lejos de Ramón Álvarez. "Es algo que hay que descartar", ha asegurado José Ángel Rivera de las Heras. "En Zamora tenemos un problema y es que copiamos en vez de ir a las fuentes. Y una vez se dijo que Nuestra Madre y la Virgen de las Espadas eran de Ramón Álvarez y así fueron pasando los años, pero no es correcto", ha afirmado.

La realidad, para Rivera de las Heras, es que lo más probable es que su autor perteneciera a la Escuela de Olot. "Se trata de una imagen a las que en Cataluña llaman de 'cap i pota', es decir, de vestir. Y el bastidor tiene características que indican que podría ser de aquella Escuela", ha indicado. "Lo que he podido documentar es que fue adquirida en 1876 en Barcelona, donde también había talleres que realizaban figuras de este tipo, aunque en mayores dimensiones", ha detallado.

Otro de los indicadores, para el delegado diocesano de Patrimonio, es la fuente de Cesáreo Fernández Duro. "Cuando él, que fue coetáneo de Ramón Álvarez, escribió acerca del artista, sí dijo que Nuestra Madre de las Angustias era obra suya, pero no dijo nada de la Virgen de las Espadas, porque sabía perfectamente que no le pertenecía", ha defendido.

La Virgen de las Espadas permanece, desde ayer, en una nueva ubicación de la iglesia de San Vicente dentro de la capilla de Nuestra Madre. Concretamente, ocupa uno de los nichos a la derecha de la imagen titular de la Cofradía. El retablo donde antes descansaba ha sido reabierto después de su restauración como Retablo del Santo Cristo del Calvario, después de la aparición de policromías y pinturas barrocas hasta el momento desconocidas.