Zamora en una hora. Casi como el eslogan de la Alta Velocidad a la que Pedro Sánchez renunció esta vez para llegar en coche a la capital. El presidente del Gobierno aparcó frente al Parador a eso de las seis de la tarde y accedió al mitin del Teatro Ramos Carrión a las siete. En medio, un paseo, una visita guiada por el Museo de Semana Santa y un pequeño baño de multitudes.

Lo primero, el partido. Sánchez se rodeó de los principales responsables del PSOE en la provincia e inició una ruta por el entorno de Viriato con el secretario provincial, Antidio Fagúndez, como cicerone.

Con una americana gris, camisa rosa y sonrisas cómplices por doquier, el candidato socialista disfrutó de las vistas del Duero desde el mirador de San Cipriano y escuchó atentamente las explicaciones históricas acerca de la ciudad. También, los susurros de Ana Sánchez: "El próximo alcalde", le apuntaba, en referencia a Fagúndez.

Ya en el Museo de Semana Santa, David Gago obsequió a Sánchez con unas pinceladas sobre la Pasión zamorana junto a los responsables de la Junta Pro, encabezados por Isabel García Prieto. El Cinco de Copas fue la última parada de la visita.

A partir de ahí, baño de multitudes antes del mitin. "¡Pedro, guapo, ven aquí!". Besos, fotos con niños, más gritos y un lleno absoluto. Luego, el discurso y de nuevo en ruta. Sigue la precampaña.