La pintora Gloria García Pertejo ha sido una de las personas implicadas en la realización de la exposición "El baile de bodas" que aproxima al proceso creativo de este cuadro y a la figura del artista Ricardo Segundo García.

-¿Cómo surge el interés de su padre por Zamora?

-Mi padre tuvo la suerte de convivir con la Generación del 27 que buscaba que los orígenes no desaparecieran, que no se perdieran las tradiciones, estaban las escuelas pedagógicas, la escuela de cerámica? él lo vivió todo en primera persona porque nació en Madrid en 1903 y se formó en la Escuela de San Fernando a la que accedió con 14 años y se impregnó de esa época. Mi padre tiene contacto con Zamora porque una de sus abuelas, a raíz de que le recomendaron unas aguas, abrió una tienda en la calle Renova donde vendía artículos de París y mi padre en los veranos venía con la abuela.

-Su amor por la comarca de Aliste y en concreto por Sejas ¿de qué manera nace?

-Él ya empezaba a ser conocido tanto en Madrid como en Zamora, de hecho en el año 1919 ya hace un cartel para las feria de los toros de San Pedro. Tenemos obras suyas ya firmadas en 1925 pintadas en Sejas. Él se va a este pueblo en concreto porque pregunta en Zamora sobre un pueblo donde se conservasen las tradiciones y le hablan de este municipio que le maravilló tanto por su paisaje, por la vestimenta como por su arquitectura y sus costumbres. Pinta muchísimo y todas las obras que hace salen e incluso varios marchantes de Barcelona le reclamaban obra para enviar a Sudamérica, sobre todo para Chile, Venezuela y Argentina que era adquirida por las clases pudientes. Hemos localizado un cuadro en el Museo Nacional de Chile, "La niña hilandera". Mi padre llegó a tener taller abierto en Madrid, en Barcelona, en Zamora y en Sejas. Nunca dejó de acudir a Sejas y de pintarlo, muchas veces por los muchos encargos que recibía.

-¿Qué le impulsa a pintar el cuadro "El baile de bodas" sobre el que versa la exposición que estos días permite contemplar obras de su padre en la sala de exposiciones de La Encarnación?

-El cuadro surge por unas imágenes. En una entrevista que le hacen en un periódico de la época cuando presenta en almacenes Roncero el primer "El baile de bodas" dice que hace tiempo vio una boda y que desde entonces acaricia la idea de pintar ese enlace que le deslumbró. Investigando nos hemos encontrado este año con un vídeo del año 1928 que se hace para "Estampas de España" que le mandaron grabar a un hombre de Madrid. Hemos pedido esa grabación y en los primeros segundos aparece el nombre de Sejas y la frase "arsenal para los artistas". Aparecen tareas domésticas y escenas de telares que mi padre había pintado e incluso hay una niña hilando, muy parecida a uno de sus cuadros. Además, en esas imágenes aparece un baile de boda y creemos que mi padre llevó al autor de las imágenes a Sejas y que esa celebración fue la que vio y que tanto le impresionó. La exposición comienza con ese vídeo y enlaza con otro que hice yo por el centenario del nacimiento de mi padre en el que pedí a la gente del pueblo que posara haciendo de cada personaje de la escena.

-¿Por qué Ricardo Segundo hace tantas versiones de este cuadro?

-Porque él nunca estaba satisfecho. Él guarda todos los bocetos y cambia mucho porque se trata de una obra al aire libre. Tras la primera obra le encargan una segunda con una variación. Luego le solicitan otra en el que el cliente le pide aparecer en el cuadro y que el pintor también salga. Esa obra no la tenemos físicamente, pero sí una fotografía. Mi padre pintaba paisajes y retratos, pero esta obra le duró 60 años.

-¿Le llegó a obsesionar?

-Yo diría que le deslumbró y quería conseguir aquello que vio. La primera versión que acaba lo hace en 1949 y la última la pintó para él, como disfrute, y la concluyó en 1981.

-Todavía estas obras cautivan a los visitantes que a diario pasan por la sala ¿por qué?

-La pintura bien hecha no pasa de moda. Ahora en Zamora están descubriendo que Ricardo Segundo es más que un autor de pintura regionalista. Hemos querido mostrar en vitrinas documentos que repasan su formación, dado que fue alumno de Sorolla, incluso logró su premio, o de Mariano Benlliure. Consiguió las mejores becas. Se fue a Italia y luego en Barcelona mamó las corrientes del Novecentismo, con unas pinturas muy planas de colores. Fue profesor y luego lo dejó por hacer esta pintura que le apasionaba, pese a que sus coetáneos le decían que se ajustaba a las modas. Mantenía correspondencia con sus contemporáneos que pintaban otras cosas, pero él nunca hizo algo en lo que no creía. Mi padre hizo que la escuela de cerámica, tal importante en los años 30, visitara Sejas y luego Carbajales de Alba porque era amigo de Jacinto y Francisco Alcántara.

-La exposición la han gestado los descendientes de Ricardo Segundo, tras 35 años su fallecimiento.

-Yo crecí con este cuadro. La familia teníamos muchos contactos y sabíamos dónde estaba toda la obra, teníamos vestimenta, cerámica y la correspondencia con mi madre y con los clientes, porque mi padre era muy meticuloso. Igual que esta obra fue su empeño, también el mío para plasmar el proceso creativo.

-Su madre fue alumna de su padre y obra de ella y de usted misma puede verse estos días en el antiguo palacio de la Diputación en la muestra que otorga visibilidad al arte creado por mujeres.

-A mi madre la conoce mucha gente de Zamora porque dio clases en los años 40 y pintó hasta el último momento. Creo que es importante dar visibilidad a las artistas pioneras y actuales. Además, el espacio es magnífico e ideal para un museo de creadores zamoranos porque en cualquier ciudad hay un centro dedicado a los artistas del lugar. Es el mejor sitio y Zamora tiene pintores excelentes a los que hay que dar a conocer.