"Lo sentimos mucho, pero no podemos seguir. Somos tres mujeres, todas mayores, y ya no podemos hacernos cargo de ello". Así se expresaba una de las tres cocineras que llevan el comedor social de San José Obrero, obligadas a cerrar a partir del próximo miércoles 27 porque no pueden seguir cargando con todo el peso que supone este servicio.

La causa del cierre, explican, no es la falta de ayudas, ya que el comedor social recibe tanto la aportación de dinero de ciudadanos particulares, como la ayuda de entidades y empresas, bien en forma de dinero o de productos, caso de Catering de Luz o El Viso, entre otras muchas. También está la ayuda del Banco de Alimentos. "Pero falta un voluntariado que se haga cargo del comedor, porque entre tres personas que tenemos ya nuestra edad no podemos", señalan las cocineras.

Oficialmente en Zamora "no hay nadie que pase hambre", según los servicios sociales municipales. Pero el comedor social sigue recibiendo a diario a unas ochenta personas, muchas de ellas familias jóvenes, que necesitan alimentarse en las instalaciones de La Josa. "Que pueda haber algún caso de gente que se aproveche del comedor no podemos saberlo, pero desde luego existe una necesidad real", indican las cocineras.

El próximo miércoles 27 termina una experiencia que se puso en marcha hace cinco años, en abril de 2014 y que a lo largo de su trayectoria ha cumplido una gran labor, la de procurar las necesidades básicas de subsistencia a todas las personas necesitadas. Es cierto que la sociedad se ha volcado con la iniciativa, pero sin un voluntariado que día a día, se implique en esta tarea solidaria, la continuidad es imposible.