La prohibición del botellón del Jueves Santo en el parque de San Martín ha sido ampliamente solicitada durante los últimos años por parte de los vecinos, las cofradías y los hosteleros. Los primeros aludían a la inseguridad, el ruido y la suciedad; los segundos, al deterioro de las procesiones de esa noche; y los terceros, al negocio. Y pese a que todas estas razones han pesado para tomar la decisión, ninguna ha influido tanto como la evaluación que el Ministerio de Cultura ha realizado sobre la muralla en este entorno. "Tras los últimos desprendimientos, hay puntos que están acordonados por indicación de los técnicos de Bellas Artes para evitar cualquier riesgo sobre las personas", ha señalado Antidio Fagúndez.

Esas zonas de peligro se encuentran en el mismo parque de San Martín, así como en el entorno de Trascastillo. Y actualmente se encuentran pendientes de un informe en profundidad para actuar sobre ellas y garantizar la estabilidad del monumento, que es propiedad del Estado. "Hasta que no se ejecuten las obras de consolidación y restauración del recinto amurallado, no se retirará el perímetro acordonado", ha indicado el teniente de alcalde, quien afirma que el Ministerio de Cultura, directamente, ha mostrado su postura de prohibir el botellón en este entorno.

Junto al deteriorado conjunto amurallado y las razones inicialmente expuestas, también se pretende reducir al máximo el peligro para conductores y viandantes en el entorno de la N-122. "Todo ello obliga al Ayuntamiento de Zamora a tomar esta decisión, que esperamos que sea la mejor para nuestra Semana Santa, que es en realidad lo importante de esta fecha", ha manifestado el teniente de alcalde socialista.