El próximo jueves (20.30 horas), el grupo Trío Arbós interpretará el concierto "Exilios" en el Teatro Principal, dentro de las actividades programadas por la Fundación León Felipe. El título pone el dedo en la llaga de esas ocho décadas del exilio español, coincidiendo con la recta final de la contienda civil española. Porque los músicos de la prestigiosa formación de cámara interpretarán obras de autores como Julián Bautista, que acabó sus días en Argentina, o de Fernando Remacha, que vivió un "exilio interior" en Navarra. Ambas experiencias vitales revelan además dos historias apasionantes.

Cuenta con admiración Juan Carlos Garbayo, pianista de Trío Arbós, que Julián Bautista, en plena guerra civil, recogió el Stradivarius del violinista Pablo Sarasate, "lo llevó bajo el brazo, tomó el tranvía y lo metió en una caja fuerte del Banco de España". Muchos años después, su hijo -nacido ya en Argentina, país de exilio de su padre- entregó el legado del compositor a la Biblioteca Nacional. Entre sus pertenencias, además de la obra que se va a interpretar el jueves, se encontró un recibió del tranvía y otro del Banco de España. Así se pudo dar con el paradero del añorado violín, al que Bautista había salvado de su segura desaparición.

Pero si por algo es conocido Bautista es por la composición Seconda Sonata Concertata a Quattro (1938), que el autor escribió en Barcelona durante los bombardeos, en pleno conflicto civil. "Como Machado, marcha a Francia, pero en lugar de quedarse en Colliure, termina en el campo de concentración de Argèles-sur-Mer, a la intemperie, como tantos refugiados españoles", relata Juan Carlos Garbayo. "Iba con la obra -la citada Seconda Sonata- bajo el brazo, con la que había ganado un concurso internacional. La embajada de Bélgica lo saca del campo y lo lleva, junto a su mujer, a Bruselas. Y cuando acaba el concurso, se queda un par de meses en Bélgica y finalmente se exilia en Argentina", añade el pianista.

El caso es que la ya célebre partitura fue recuperada también por su hijo y devuelta a España, desde el exilio. "En aquella época no había fotocopiadoras, las copias que había eran las que el autor hubiera manuscrito", precisa Garbayo. El caso es que otras obras del autor no corrieron la misma suerte y se perdieron. En cambio, la Seconda Sonata sonará el próximo jueves en el Teatro Principal, ocho décadas después de ser concebida por Julián Bautista, entre el sonido atronador de las bombas.