El centro de la Fundación Personas de Morales del Vino es un no parar. Durante los últimos días previos a carnaval, la actividad es frenética. El taller de textil echa humo. Mientras unos dan las últimas puntadas, otros quitan la más mínima arruga. No tienen nada que envidiar a Maestros de la Costura. En una improvisada sastrería, Vero se prueba un traje. "Yo llevaré uno largo con un cuello de papel", presume. Tan pronto hace de modelo como coge la pistola de silicona para crear una bonita flor a partir de una huevera de cartón. "Me lo paso muy bien en carnaval, me disfrazo todos los años".

Ella será una de las 65 personas que este domingo se embarcarán en la carroza de la Fundación Personas durante el desfile de carnaval de la capital. Hace ocho años que participan. Después de salir por primera vez en Morales del Vino, en 2011 dieron el salto a la capital con un espectacular dragón chino. "Fue un poco a la locura porque lo hicimos en una semana", recuerda Beatriz Martínez, coordinadora del servicio de Ocio.

Al igual del resto de grupos de la comitiva, debían ponerse un nombre. Se bautizaron como "IPC", Índice de Picardía y Cachondeo. Y desde entonces han dado vida a todo tipo de personajes. Desde romanos hasta crupiers, pasando por gángsters, egipcios y bailarinas de charlestón en espectaculares plataformas que teletransportan a los espectadores al imaginario de la entidad. Pese a que el destino de la mayoría de las creaciones es la hoguera, a imagen y semejanza de las fallas de Valencia, las mejores son indultadas. Así, una visita a las instalaciones de su centro en Morales del Vino se convierte en una suerte de "Paseo de la Fama" de personajes de película donde encontramos, entre otros, a R2-D2 de Star Wars o al Sombrero Seleccionador de Harry Potter, cintas de ciencia ficción con las que se alzaron con el primer premio.

Atesoran un sinfín de reconocimientos. Año tras otro, su buen hacer es reconocido por los miembros del jurado del concurso de carrozas. No obstante, por no encasillarse en esa temática cinematográfica, este año han decidido apostar por un universo más clásico y real. Aunque el resultado sigue siendo igual de fantástico. Y más teniendo en cuenta su proceso de elaboración con materiales reciclados.

Los cartones de leche hacen de parqué. Los tapones de embellecedores para disimular las cabezas de tornillo. Las ramas de bastones. Las hojas de periódico de elegantes lechuguillas. Y el plástico de burbujas de pomposos tejidos. Un ejemplo de carnaval sostenible e inclusivo en el que están implicadas más de trescientas personas de los cuatro centros que posee la Fundación Personas en Zamora: en Morales del Vino, Carbajales de Alba, Sanabria y Toro, aunque Morales es el centro de operaciones donde finalmente se ensamblan todas las piezas a la perfección. Como dice Manolo, es como un equipo de fútbol. "Si no colaboras, esto se viene abajo. Si colaboras, sale como las rosas". Desconoce su edad, pero no importa. "Lo que importa es tener ilusión con lo que haces", responde. "Ahora estoy dando cola a las hojas para que quede bonito. Tiene que quedar bien, porque si queda mal... pues a repetir", dice con una sonrisa. A su lado, Fernando pinta unas ramas mientras que en el taller de carpintería dan los últimos retoques y en el exterior prueban la música y las luces de la carroza. Todo está preparado. Como es habitual, saldrán los últimos. Aunque como de costumbre, volverán a ser los primeros.